Las vacaciones escolares a la cántabra ¿benefician al alumno, a los profesores o a los padres?

  • Cantabria diseña un calendario escolar con una semana de vacaciones cada 60 días.
  • Los padres: dificulta la conciliación y es una "mejora laboral" para los profesores.
  • Los profesores hablan de su utilidad en una mejor planificación del currículum.
  • Sin estudios determinantes sobre los efectos del calendario en el ritmo infantil.
  • España, como país mediterráneo, tiene más horas lectivas que la media de la UE, vacaciones coincidentes con las fiestas religiosas y un verano más largo.
Mochilas en un centro escolar.
Mochilas en un centro escolar.
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Mochilas en un centro escolar.

Los alumnos cántabros comenzarán las clases en septiembre un poco antes que el resto (el día 8), terminarán lo más tarde posible (el 23 de junio) y perderán algún festivo en Navidad. Pero a cambio descansarán la primera semana de noviembre y unos días en febrero. Su calendario escolar 'a la europea', pionero en España, traerá como principal novedad cuatro evaluaciones, en lugar de tres, y una semana de receso cada 60 días lectivos, lo que ha levantado una polvareda sobre si la reforma beneficia a los alumnos, a los profesores o a los padres.

Inmaculada Egido, presidenta de la Sociedad Española de Educación Comparada, explica que la carga lectiva y el calendario escolar "son herederos de las tradiciones y cambian con la sociedad". Egido sitúa a España en el arco de países mediterráneos también en organización educativa. Así, junto con Portugal, Italia o Grecia, España concentra el mayor volumen vacacional en el verano (hasta 12 semanas) "por motivo del clima y por tradición, que en el pasado los niños tenían que ayudar en el campo", recuerda.

Sin embargo, en el centro y el norte de Europa el periodo estival es más corto y se reparten los descansos de forma equilibrada a lo largo del invierno y la primavera. Francia es un ejemplo de este sistema (en el que se ha fijado Cantabria) con sus cuatro evaluaciones y cinco periodos vacacionales, contando con el de verano. En el caso galo, los recesos reciben nombres laicos: "vacaciones de invierno" o "vacaciones de primavera", en lugar de los religiosos Navidad y Semana Santa.

"Las tradiciones tienen su peso en los calendarios escolares, pero también otras razones, como la climatología", defiende Egido, "¿O es que alguien se imagina un fin de curso el 15 de julio en Andalucía como se da en Alemania?

Egido opina que el cambio aprobado en Cantabria obedece "a la presión social de los adultos, ya sea a las necesidades de los profesores o a las de los padres". Esta experta descarta la existencia de estudios científicos concluyentes que avalen que el calendario tenga  influencia en el ritmo de aprendizaje infantil. En todo caso, los estudios más recientes sobre el rendimiento, que corresponden a la literatura científica anglosajona, revelan que los periodos largos de vacaciones perjudican más a los niños de familias con pocos recursos que a las familias acomodadas. Por eso mismo, en Reino Unido y en EE UU las reformas pasan actualmente por alargar el periodo lectivo de verano en las escuelas de los barrios desfavorecidos, con actividades no académicas pero sí educativas.

El presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa), Jesús Salido, se ha mostrado este miércoles totalmente contrario al paso dado por Cantabria. A su juicio, la reforma del calendario es "prematura" y parece más bien "una mejora laboral" encubierta para el profesorado. Si no no se entiende que no se haya preguntado la opinión a padres y madres antes de tomar una decisión que va a afectar seriamente a su conciliación laboral y familiar, asegura.

Horas lectivas y descansos

"Nosotros éramos partidarios de abrir un debate, con análisis en profundidad, sobre las consecuencias del cambio para los alumnos, pero la administración ha decidido tirar para adelante sin saber si traerá beneficios", lamenta Salido. En CEAPA tenían otras prioridades, como que los tiempos escolares respeten la legalidad: "Porque hay un inicio de curso teórico pero el real se retrasa a diez días después y el final se adelanta 15 días con la última evaluación" o que "las vacaciones sean para descansar y no estén llenas de deberes para casa".

Quien si aplaude la valentía del Gobierno cántabro es Maribel Loranca, portavoz del área de Enseñanza del sindicato UGT, cuya federación lleva años reivindicando el nuevo calendario de vacaciones escolares. "Es el mismo que se sigue en muchos países europeos y se ajusta más a la racionalidad pedagógica", explica. "Esta medida acabará con los trimestres excesivamente largos que se producen cuando la Semana Santa está muy lejos de la Navidad, por ejemplo, y ayudará a la planificación del profesor y al propio descanso del alumno", defiende.

No todos los padres han estado siempre en contra de equilibrar los descansos lectivos a lo largo del curso. La Fapac, federación que aglutina a las Ampas catalanas, pidió ya en 2009 que Cataluña cambiase el nombre de las vacaciones de Navidad por el de 'vacaciones de invierno' y que a las de Semana Santa se les llamase 'vacaciones de primavera'. Las familias querían desligar las vacaciones de las festividades religiosas para repartir más eficazmente los días libres a lo largo del curso escolar.

Además de la distribución de las vacaciones hay otras dos principales polémicas en relación a los tiempos escolares, reesume la experta en Educación Inmaculada Egido: la carga horaria anual y el tipo de jornada, partida o continua.

Respecto a la carga horaria, en España el número de horas de instrucción obligatorias al año está situado en 793 (año 2015), lo que supone estar ligeramente por encima de la media de la Unión Europea (776), pero por debajo de la media de los países de la OCDE (804). Más preocupante, para Egido, es la corriente de la escuela pública en su apuesta por la jornada continua. "Hay investigaciones claras de que la jornada continua no beneficia a la concentración y sin embargo se está imponiendo", lamenta.

Puestos a tomar ideas de fuera, Egido sugiere mirar a Finlandia, cuyo sistema educativo es modélico por sus buenos resultados en los test internacionales. "Allí están alargando las jornadas diarias, pero con la condición de que por cada 45 minutos lectivos se da a los niños 15 minutos de descanso. Incrementar los descansos dentro de la jornada lectiva es muy interesante".

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