Los padres de alumnos catalanes han pedido al Conseller d'Educaciò, Ernest Maragall, que cambie el nombre de las vacaciones de Navidad por el de 'vacaciones de invierno' y que a las de Semana Santa se las llame 'vacaciones de primavera'. Las familias quieren desligar las vacaciones de las festividades religiosas para repartir más eficazmente los días libres a lo largo del curso escolar, pero la polémica sobre el respeto a las tradiciones católicas y a la multiculturalidad está servida.

Lola Abelló, vicepresidenta de la Federación de Asociaciones de Madres y padres de Cataluña (Fapac) y miembro del Consejo Escolar Catalán opina que un cambio de nomenclatura como el que propusieron en la reunión de primeros de octubre es útil si con eso se consigue "racionalizar un calendario escolar totalmente irracional que no ayuda al desarrollo óptimo de los niños", dijo a 20minutos.es.

"La propuesta", dice Abelló, "no nos la hemos inventado nosotros. Ya hay centros en Cataluña que la utilizan, precisamente porque sus alumnos son en un 85% no autóctonos y reúnen hasta 27 nacionalidades distintas".

Vacaciones muy largas

La Fapac opina que las festividades religiosas no deben marcar el calendario escolar, ya que éste debe basarse únicamente en el desarrollo educativo óptimo de los alumnos. El cambio de nombre sería un primer paso para poder acortar las vacaciones de Navidad, que consideran "demasiado largas". "No quiere decir que dejemos de celebrar la fiesta de los Reyes Magos, pero podría empezar el colegio el día 3 de enero y después parar el día 6", pide Abelló.

Las críticas de las federaciones de padres de alumnos de centros educativos religiosos no se han hecho esperar, aunque también han llegado voces en contra desde la izquierda independentista catalana.

El Conseller d'Educaciò, Ernest Maragall, es quien debe decidir ahora sobre el cambio de nombre de las vacaciones escolares y también sobre las posibles reformas del calendario escolar catalán.