Escribe en su blog Arturo Pérez-Reverte, uno de los mayores admiradores vivos de Miguel de Cervantes Saavedra: "Me gusta la calle Cervantes de Madrid. No porque sea especialmente bonita, que no lo es, sino porque cada vez que la piso tengo la impresión de cruzarme con amistosos fantasmas que por allí transitan".

Uno camina hoy por las calles del madrileño Barrio de las Letras y, enfrascado en sus pensamientos, no acierta a recordar que nuestro literato más universal las recorrió en años pretéritos, y que también en ellas se despidió de la vida, ignorando injustamente la revolución literaria que dejaba tras de sí.

Madrid fue solo una de tantas ciudades. Como si hubiera vaticinado la obra que un día regalaría a la humanidad, Cervantes viajó de forma constante a lo largo de su vida, quedando marcado por las diferentes urbes que, entre periplo y periplo, tejieron su biografía y nutrieron su pluma.

En este especial, homenaje al insigne literato en el cuarto centario de su muerte que se celebra este viernes 22 de abril, hemos intentado perfilar una ruta aproximada por algunos de los rincones que sirvieron de escenario a sus días, tanto en España como en el extranjero. Fueron todos los que están –aunque no están todos los que fueron– lugares relevantes para don Miguel y los personajes de su máxima creación.