El Cabildo de Gran Canaria asegura que Europa ordenó desvincular las apañadas para recoger cabras de sus proyectos Life

El Cabildo de Gran Canaria ha asegurado este jueves que fue la Comisión Europea quien determinó que las apañadas para recoger cabras asilvestradas en la isla "no podían ser vinculadas a sus proyectos de reforestación --Life--" debido a su "alta peligrosidad" para las personas por su orografía y las implicaciones penales de incurrir en esta "irresponsabilidad".

El Cabildo de Gran Canaria ha asegurado este jueves que fue la Comisión Europea quien determinó que las apañadas para recoger cabras asilvestradas en la isla "no podían ser vinculadas a sus proyectos de reforestación —Life—" debido a su "alta peligrosidad" para las personas por su orografía y las implicaciones penales de incurrir en esta "irresponsabilidad".

Asimismo, añaden, que proseguir con esta práctica conlleva responsabilidades penales para cualquier responsable público que la autorice en caso de accidente y fallecimiento de sus operarios, por lo que el Cabildo de Gran Canaria subraya que "no está dispuesto, en cualquier caso, a poner en riesgo a sus trabajadores", según informó la institución insular en nota de prensa.

Por ello, señala, que aunque "no ha prohibido a nadie" a que acuda a recoger cabras, las personas que lo quieran hacer deben tener seguro de responsabilidad civil y pedir autorización al Cabildo por tratarse de suelo público. De todos modos, añade, los servicios jurídicos insulares recaban la información necesaria para determinar si esta autorización conlleva igualmente responsabilidades en caso de accidente, en cuyo caso "no las autorizará".

Respecto a las apañadas que se realizaron en un primer momento, y que llevaron a esta conclusión por parte de la Comisión Europea, se mostraron del "todo infructuosas, por lo que aparte de comunicar que las medidas de seguridad y salud laboral de las personas, tenían que estar garantizadas, lo que en esas circunstancias no es posible, determinó que había que dar el siguiente paso de forma inmediata".

En concreto, se refiere a las abatidas con armas de fuego que, explicó, son el método legal de aplicación en todas las islas oceánicas del mundo —aquellas en las que estos animales no llegaron por sí solas, sino de la mano del hombre— y la admitida como el "más eficaz, el que menor sufrimiento causa el animal y el que más garantiza la seguridad de las personas".

Así, el Cabildo recuerda que el problema se ha creado por el abandono de animales en la naturaleza y la suelta de cabras por las noches y su recogida por el día (algunas incluso tienen cencerro), donde se reproducen sin control, implicando una "grave irresponsabilidad y una infracción ambiental que conlleva importantes" penalizaciones.

En este sentido, matizan que esta suelta nocturna y las apañadas de algunas otras, que luego "se venden a restaurantes" de la zona a distintos precios según proceda de Inagua o Güygüy, es una práctica que supone un "cierto control" de la población de cabras pero que "perpetúa el problema", aparte de que las personas del entorno que por su propia demanda participaron en las primeras apañadas no colaboraron en distintos aspectos debido al "interés porque esta situación no cambie".

Más de 2.000

Años en gran canaria

Por otro lado, el Cabildo recuerda que las cabras llegaron a Gran Canaria, introducida por el hombre, hace 2.000 años, "tiempo insuficiente" para que la vegetación de la isla, que sí es endémica del territorio, se adapte a este gran herbívoro que supera los 100 kilos y que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) la ha incluido en su Invasive Species Specialist Group (ISSG) de las cien especies más invasoras del mundo. Agregó que la existencia de documentación científica sobre su impacto "es apabullante".

Por ello, incide, debe pervivir bajo control y en corrales, "jamás en estado libre y salvaje" que, con su poca necesidad de agua y su gran capacidad para acceder a sitios inaccesibles para otros animales, incluido el hombre, e incluso para dejar de dar leche, sí se han adaptado al espacio tomando de él lo que necesita y dejando destrozos a su paso, "algo que la biodiversidad de Gran Canaria no se puede permitir".

Por otro lado, el Cabildo también ha impulsado medidas como corrales de captura con una cabra hembra de reclamo en los que solo se logró coger dos ejemplares, capturas pasivas mediante lazos o mangas de conducción, con cero cabras como resultado, y las apañadas fracasaron porque la mayoría huye al ver al hombre, se encaraman en lugares peligrosos, algo "muy distinto" a Fuerteventura donde, al ser una isla más llana, las rodean en círculos y cogen varias decenas sin dificultad.

Finalmente, reiteran que la cabra es un factor de erosión del territorio debido a su forma de moverse y de alimentarse a través de su "ramoneo", ya que mordisquea y come los brotes tiernos de plantas y árboles, sean reforestados o surgidos de la regeneración natural. También comen las cortezas de los árboles jóvenes y los machos, además producen "serios" daños por su hábito de restregar su cornamenta contra los troncos, descortezándolos y dejándolos indefensos ante plagas, enfermedades y sequías.

A todo ello, se suma el pisoteo de los brotes, "todo multiplicado por cinco o seis", porque las cabras se mueven en grupos, lo que aseguran supone un "gran daño" que la población del mundo rural y, en situaciones de ganado suelto, obligando a los agricultores a sobreproteger sus plantaciones, concluyendo que "la ley que prohíbe este ganado suelto ni siquiera es reciente, tiene más de un siglo".

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