¿Y si la mesa de la cocina atrapara el calor de la olla o de la cafetera para convertirlo en electricidad? En un taller de dos semanas, los diseñadores Sergey Komardenkov y Vihanga Gore hicieron realidad la idea con Heat Harvest (Cosecha de calor), un aparato que puede usarse por sí mismo o integrarse en muebles para almacenar la energía desaprovechada y reutilizarla, por ejemplo, para cargar el teléfono móvil.
El invento es una de las propuestas surgidas en Space10, el recién inaugurado apéndice creativo de Ikea. La corporación internacional sueca inaugura en Copenhague (Dinamarca) un laboratorio para el diseño y un espacio expositivo que tiene intención de "investigar el futuro de la vida urbana detectando los principales retos que afrontará la gente a escala global y explorar posibles soluciones".
Con el fin de crear un "modo de vida más sostenible", anuncian que el estudio servirá de inspiración aportando nuevas perspectivas y descubriendo "nuevos talentos e ideas en los que invertir". Los laboratorios analizarán un problema específico y a partir de él organizarán programas de charlas, talleres, artistas en residencia, exposiciones, proyectos colaborativos... Como apoyo, la web del centro revelará los procesos y las ideas que surgen en las actividades.
Muebles 'hackeados'
La reinterpretación de los productos de la empresa pasa también por el hackeo de muebles, nada nuevo si tenemos en cuenta la exitosa página Ikea Hackers, independiente de la empresa, creada en 2006 y donde los usuarios comparten las modificaciones y dan instrucciones para que los demás puedan efectuarlas.
Space10 tunea muebles para diseñar los espacios de trabajo en Copenhague y aprovecha el movimiento iniciado por la malasia Jules Yap (pseudónimo de la fundadora de la página), que por cierto recibió en 2014 presiones legales de Ikea para no usar el nombre de la compañía o bien quitar los anuncios que le daban ingresos.
La silla que se inclina y el grifo ahorrador
De los primeros ingenios surgidos del laboratorio destacan aquellos que, como la mesa acumuladora de energía, aprovechan los recursos o nos recuerdan que debemos hacerlo, como Cloud Burst, un "grifo inteligente" que se ilumina cuando durante la ducha hemos usado más agua de la necesaria.
También surgen ideas para crear conciencia sobre hábitos poco saludables, como sucede con Clunes, una silla antisedentarismo que inclina el asiento cuando el usuario lleva más de seis horas sentado. "Se dice que sentarse durante más de seis horas es tan malo como fumar una cajetilla de cigarrillos al día" —sentencian los autores—. "Claro que poner el asiento en su posición normal se puede hacer con facilidad, pero eso requiere que tomes la decisión de seguir sentado".
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