Una etiqueta (hashtag) que se ha convertido en tendencia (trending topic) explica el asunto mejor que cualquier análisis sociológico: #youcantsitwithus (#notepuedessentarconnosotros) —comprueben su huella en Twitter o Instagram—. Los económicamente poderosos o muy poderosos nunca habían mostrado con tanta ostentación su estatus. Gracias a la sociedad online se vanaglorian con jactancia y trazan descararadamente la frontera entre ellos y los demás.

Una exposición de fotografía recorre por primera vez la historia de la representación gráfica de la prosperidad en un momento histórico en que la brecha social entre ricos y pobres es más honda que nunca: la mitad de la riqueza mundial está en manos del uno por ciento de la población, según el informe de enero de 2014 Gobernar para las élites de Oxfam Internacional.

La muestra temática Fette Beute: Reichtum zeigen (Suculentas ganancias: mostrando la riqueza), organizada por el Museo de Artes Decorativas de Hamburgo, MKG según sus siglas en alemán, presenta una veintena de obras contemporáneas —vídeos, fotos periodísticas y documentales— sobre el regodeo público de los milmillonarios de hoy y las contrapone con más de 150 imágenes del siglo XX que ofrecen una antítesis histórica y permiten comprobar como los modales exhicionistas han alcanzado niveles grotescos.

La exposición, entre el 16 de octubre y el 11 de enero de 2015, expone muestras de fenómenos nuevos como el microblog con más de 50.000 seguidores en redes sociales Rich Kids of Instagram (Niños ricos de Instagram), cuyo lema es "tienen más dinero que tú y esto es lo que hacen", y proyectará episodios del reality show #RichKids of Beverly Hills (#NiñosRicos de Beverly Hills), producido por la cadena estadounidense de televisión por cable E! y basado en la vida negligente y regalada de millonarios y milmillonarios venteañeros.

Las posibilidades de construcción inmediata de una imagen mediante las herramientas sociales de Internet —"todo el mundo puede ser el reportero de sus propias circunstancias, el blogger es un paparazzi de sí mismo", anotan los organizadores— son utilizadas por los más ricos como nunca antes había sucedido en la historia.

Si en 1964 la Dorothea Lange, una de las grandes retratistas de la pobreza, afirmaba que "nadie ha fotografiado nunca el fenómeno social de la riqueza", ahora es posible obtener de inmediato y mediante la simple deriva por el mundo virtual en red un retrato exacto de la ostentación, una "puesta en escena personal" que a veces resulta esperpéntica.

En las redes sociales, añaden, es posible encontrar fotos de personas exhibiendo teléfonos móviles o un fusil de asalto Kalashnikov fabricados en oro —como los que poseía Sadam Hussein— o imágenes de un recibo de 100.000 euros pagados por una botella de champán.

Son visibles como nunca antes "las huellas culturales y las diferencias nacionales en cuanto a la riqueza y la representación del lujo", dicen los organizadores de la muestra, que incluye piezas de la serie de Juergen Teller para promocionar joyas mediante fotos de un recién nacido —el hijo del fotógrafo— llorando, semidesnudo y rodeado de prohibitivas alhajas o los niños-adultos de las élites privilegiadas de Rusia que retrata Anna Skladmann que posan con las armas de sus padres en las manos o con languidez de top-models.

Fette Beute: Reichtum zeigen, organizada en trece apartados cronológico-temáticos, se inicia con la serie Rich and Poor (Rico y Pobre), de Jim Goldberg, y muestra como la alta sociedad siempre fue reacia a ponerse ante la lente de los fotógrafos porque sus miembros preferían los lienzos de los pintores para mostrarse. Esta tendencia cambió en la década de los años ochenta, cuando algunos fotógrafos de renombre, a menudo ellos mismos de clase alta, comenzaron a recibir encargos de los ricos para que les retratasen.

Entre los fotógrafos actuales mostrados en Hamburgo destacan el estadounidense Jim Dow, que entra en los más exclusivos clubes privados de Nueva York; Gabriel Mascaró, que en la serie High-rise muestra a multimillonarios empresarios brasileños en lujosas viviendas urbanas; Julius Shulman y Slim Aarons, dedicados a la elegante arquitectura de las mansiones y la vida fácil, y el paparazzo francés Sébastien Valiela, que usa cámaras-drone para entrar a distancia en las mansiones de las estrellas de Hollywood...

También se exponen retratos de sociedad de Lisette Model de estadounidenses millonarios veraneado en la Costa Azul; fotos sarcásticas sobre la alta sociedad y sus rituales de Martin Parr; obras del reportaje de Lamia Maria Abillama Ladies of Rio (Damas de Río) sobre adineradas mujeres de las familias más pudientes de Brasil, y la serie de Paolo Woods La Chinafrique (algo así como La Chináfrica), donde los retratos de inversionistas chinos en África recuerdan a las imágenes jerarquizadas de la época colonial, con los nativos sirviendo a los ricos extranjeros.

La última sección, titulada Born Rich (Nacido rico), presenta la obra de fotógrafos aficionados de elevada alcurnia financiera que documentan su estilo de vida con instatáneas tomadas con smartphones y subidas de inmediato a Intenet, donde abundan los artículos de lujo típicos del "consumismo demostrativo": relojes caros, autos deportivos, escaleras amplias, piscinas, tiques de compra de cinco o seis cifras de productos exclusivos, aviones privados...