El ostentoso chalé de Francisco Correa languidece en Ibiza embargado y víctima de los robos

  • Decrépito y víctima de los rateros, el chalé que el cabecilla de la 'Gürtel' iba a construir en la isla sigue abandonado y embargado por la Audiencia.
  • 20minutos fotografía el interior de la casa, que tiene tres plantas y un torreón, y que iba a tener gimnasio y una piscina con vistas al mar.
  • Correa hizo parte de las obras ilegalmente, trabajos pagados por constructores imputados en la trama y en los que intentó sobornar a políticos.
Lleva cinco años abandonado y embargado por la Audiencia Nacional
Lleva cinco años abandonado y embargado por la Audiencia Nacional
20MINUTOS.ES
Lleva cinco años abandonado y embargado por la Audiencia Nacional

Iba a ser un lujoso chalé en una de las zonas más privilegiadas de Ibiza, pero se ha quedado en una estructura de piedra abandonada, decrépita y víctima de los rateros, que ya se han llevado todo lo poco de valor que tenía. Se trata del chalé de tres plantas y 406 metros cuadrados que Francisco Correa, el cabecilla de la trama Gürtel, pensaba construirse en Punta Grossa, en el noroeste de la isla, en el municipio de Sant Joan de Labritja. Correa había comprado una parcela de 4.000 metros cuadrados en el número 58 de la calle Punta Grossa, en una colina con unas vistas impresionantes, dominando la cala de Sant Vicent. Cinco años después de que se destapara la importante red de corrupción que ha salpicado a más de 200 personas, 20minutos ha conseguido visitar y fotografiar el inmueble, donde se observa claramente su estructura de tres plantas, un torreón de piedra al estilo ibicenco y el espacio que iba a ocupar la piscina con vistas al mar.

La parcela está claramente abandonada a su suerte, donde los matorrales y matojos han crecido y se han adueñado del terreno. La estructura de hormigón no tiene mejor aspecto. Según vecinos del municipio, los ladrones se han llevado lo poco de valor que tenía la casa, elementos de ventanas y puertas, cerramientos, tuberías, fontanería, un poco de cobre y algunos elementos de construcción. En una de las plantas, la segunda, se puede aún observar sobre un palé sacos de hormigón reseco sin ningún tipo ya de valor. De hecho, es fácil entrar en la propiedad, sin medidas de seguridad. La casa está embargada por la Audiencia Nacional, uno de los bienes incautados a Correa para que haga frente a los 85 millones de euros que se le impuso en concepto de responsabilidad civil.

Correa adquirió la finca de 4.000 metros cuadrados el 7 de julio de 2006 en el municipio de Sant Joan de Labritja. La parcela figuraba a nombre de Osiris Patrimonial, administrada por Ramón Blanco Balin, también imputado en la trama. Este es un hombre de negocios con cargos de responsabilidad en importantes empresas (fue vicepresidente de Repsol), que según la Policía ayudó a Correa a ocultar su dinero en el extranjero. En la finca continúa incluso aún el cartel rojo del Ayuntamiento que concedió la licencia de obras a Osiris Patrimonial en 2006.

El cartel del Ayuntamiento de Sant Joan de Labritja que autorizó las obras del inmueble a la empresa Osiris Patrimonial, una de las sociedas opacas de Correa.

Quien firmó el contrato adelantando 60.000 euros fue Pablo Crespo, otro imputado y mano derecha de Correa. Pero un vecino alemán, un tal Rüdiger Hoffman, denunció las obras por el ruido. El Ayuntamiento descubrió entonces que se había excedido la edificación permitida y decidió paralizar las obras. "Se ha jodido la puta casa", llegó a afirmar Correa en conversaciones intervenidas por la Policía. "Allí tengo enterrados 400 millones de pesetas", reveló.

El chalé tienes tres plantas, iba a contar con gimnasio y piscina y un torreón rojizo. Uno de los informes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional analiza la "facturación vinculada a la casa de Ibiza". Correa quería una piedra especial para su chalé. La encargaba en Málaga, y de ahí debía viajar a Denia en camión y después por barco a Ibiza. La empresa que vendía las piedras facturaba a Begar, de José Luis Ulibarri, conocido constructor burgalés e inversor en el sector de la comunicación, imputado por el pago de comisiones a la trama a cambio de contratos; y la firma Teconsa (del grupo Martínez Núñez).

Aunque Teconsa y Begar aparecían como clientes, las facturas las abonaba Pasadena Viajes (la agencia turística de la trama Gürtel), que a su vez había recibido los fondos de Special Events (otra empresa de la trama). Los fondos de Special Events procedían a su vez de Teconsa por la adjudicación del contrato de suministro de pantallas de vídeo, sonido y megafonía por parte de la televisión valenciana. Este contrato está siendo investigado en las seis piezas separadas que investiga el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. En total se emitieron 34 facturas siguiendo este farragoso sistema por valor de 70.200 euros. Es solo un ejemplo. Entre Begar y Teconsa hicieron frente a facturas por valor de 584.000 euros para pagar las obras de la casa de Ibiza.

Obras ilegales

Cuando en febrero de 2009 se destapó la trama y comenzaron las detenciones, entre ellas las de Correa, la casa estaba a medio construir. Informes aportados al juez evidencian que Correa hizo obras ilegales en el chalé, trabajos que fueron abonados por las constructoras mencionadas anteriormente. Además, Correa intentó comprar a políticos ibicencos para que le legalizaran estas obras. Ordenó incluso tapar físicamente las partes de la casa que se habían construido indebidamente para ocultarlas a la vista, pero no sirvió de nada porque operarios municipales ya habían hecho fotos que incluyeron en el expediente de paralización.

En todo este episodio sucede algo esperpéntico que define el halo de impunidad que creía tener Correa. Este llamó a un móvil creyendo que hablaba con un concejal para sobornarle, pero se equivocó y llamó a otro político. Correa llamó a un número de teléfono creyendo que hablaría con el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Sant Joan. Pero realmente estaba llamando al número del conseller de Obras Públicas del Gobierno balear. Los dos tienen el mismo nombre de pila, y Correa creía que hablaba con el concejal cuando lo hacía con el conseller. No pudo contactar, y le dejó un mensaje en el buzón de voz para verse y arreglar lo de su chalé. Quería que el concejal influyera sobre el aparejador municipal. La sorpresa del conseller fue mayúscula, que tuvo que aclarar que no conocía de nada a Correa.

La entrada a las obras del chalé, sin ningún tipo de cerramiento

Este, según la Policía, quería sobornar al aparejador con un reloj (Cartier o Rolex) o un sobre con 6.000 euros. Correa también habló con Pau Colado, ex director de la Fundació Illes Balears Sostenibles durante la época de Jaume Matas, imputado en otro caso de corrupción. En la conversación, Correa pregunta a Collado si conoce a una funcionaria del Gobierno balear clave en la tramitación del expediente de su chalé. Correa dice: "Hay que contactar a una amiga íntima o un íntimo amigo de ella para ir a verla y decirle: oye, este expediente tíralo al fondo del mar o guárdalo o toma tanta pasta por guardar este expediente y no lo menees...". Collado respondió: "Ok. Perfecto" y añadió que hará las "gestiones" necesarias para conseguirlo.

Nada de todo esto le sirvió. Correa dio con sus huesos en la cárcel (ahora está libre a la espera de juicio) y el refugio de lujo que esperaba levantar en Ibiza sigue deteriorándose día a día a la espera de que la Audiencia Nacional pueda venderlo.

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