El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol ha recibido este viernes una notificación de la Agencia Tributaria para llamarle a declarar tras su confesión sobre el dinero que tenía en el extranjero sin regularizar durante 34 años. La ha recibido de manos de dos funcionarios de la Agencia Tributaria que se han acercado hasta Queralbs (Girona), la residencia propiedad de la familia de su mujer, Marta Ferrusola.

"Es de la Agencia Tributaria, no tengo nada más que decir", ha respondido a las preguntas de los periodistas de que si se trataba de una notificación judicial. Al preguntárle si la notificación era para citarle a declarar, Pujol, que no ha querido precisar  ni el día ni el lugar en el que ha sido citado, se ha limitado a afirmar: "Sí, hombre, claro". El jueves ya "hice declaraciones y no diré nada más".

Además, la magistrada del Juzgado de Instrucción 31 de Barcelona, que instruye las diligencias abiertas a Jordi Pujol y a su esposa, Marta Ferrusola, le ha requerido que aporte el testamento de su padre y la aceptación de la herencia por su parte y por la de su mujer.

Según ha informado este viernes el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), la magistrada ha acordado también la práctica de las diligencias solicitadas por el Ministerio Fiscal y, así, se han entregado las comisiones rogatorias que el fiscal había demandado.

Esta magistrada, que el pasado 31 de julio acordó abrir diligencias previas y notificar su decisión a la fiscalía, ha decidido practicar las primeras diligencias ahora, después de pedir a Manos Limpias que depositara una fianza de 6.000 euros y presentara una querella contra Pujol y Ferrusola, lo que el colectivo tiene previsto hacer el próximo día 13.

El expresidente catalán confesó el pasado 25 de julio, a través de un comunicado, que había regularizado unos fondos en el extranjero relacionados con la herencia de su padre, y que el "error" cometido en la gestión de ese legado había "contaminando" a sus siete hijos y a su esposa.

Jordi Pujol explicó que su padre, Florenci Pujol, dispuso como última voluntad unas cantidades de dinero ubicadas en el extranjero, que no estaban regularizadas cuando falleció en septiembre de 1980, fueran destinadas a los siete hijos y a la esposa de Jordi Pujol.

A raíz de la confesión de Jordi Pujol, el sindicato Manos Limpias denunció al expresidente catalán por los delitos de cohecho, malversación, prevaricación, tráfico de influencias, delito fiscal, falsedad en documento público y blanqueo de capitales, y a su esposa Marta Ferrusola como cómplice y encubridora.