Las fotos aéreas 'nítidas y claras' de la I Guerra Mundial que hicieron de Steichen un maestro

  • Entre 1917 y 1919 el fotógrafo, hasta entonces un artista, fue jefe de fotografía aérea del ejército de los EE UU en el teatro de operaciones bélicas europeo.
  • Hacer fotos técnicamente perfectas desde un avión volando a seis mil metros de altura le llevó a rechazar los patrones pictorialistas cuando volvió a la vida civil.
  • Una exposición muestra imágenes poco conocidas de la etapa militar de quien sería el gran renovador de la fotografía de moda como editor gráfico de 'Vogue'.
Una de las fotos aéreas militares de Steichen con notas de puño y letra explicando las características y dimensiones de una plataforma de aterrizaje
Una de las fotos aéreas militares de Steichen con notas de puño y letra explicando las características y dimensiones de una plataforma de aterrizaje
© 2014 The Estate of Edward Steichen/Artists Rights Society (ARS), New York
Una de las fotos aéreas militares de Steichen con notas de puño y letra explicando las características y dimensiones de una plataforma de aterrizaje

La idea de que las fotografías han de ser "nítidas y claras", es decir, técnicamente perfectas, le sobrevino a Edward Steichen (1879–1973) a bordo de un avión militar de reconocimiento, a miles de metros de altura de los lugares de Europa donde se estaba librando la sangrienta I Guerra Mundial.

"El problema de la guerra era conseguir la toma de imágenes nítidas y claras pese a las vibraciones y acelaración de un avión que está a tres o seis mil metros de altura. Conseguirlo me hizo interesarme por la técnica fotográfica y desear saber todo lo que se podía esperar de la fotografía", comentaría con el tiempo quien está considerado con justicia como uno de los mejores fotógrafos de la historia.

Jefe de Fotografía de la American Expeditionary Force

A partir de las declaraciones está montada la exposición Sharp, Clear Pictures: Edward Steichen's World War I and Condé Nast Years (Fotografías claras y nítidas: la I Guerra Mundial y los años en Condé Nast de Edward Steichen), larguísimo título para una constatación: quien fuera uno de los grandes pictorialistas, señalado como sucesor por el patriarca de la foto artística Alfred Stieglitz (1864–1946), dejó de lado la idea del arte por el arte siendo el primer jefe de la Sección de Fotografía de la American Expeditionary Force, nombre oficial del contingente militar (medio millón de soldados) enviado a Europa para combatir contra el Imperio Alemán.

La exposición, organizada por el Art Institute of Chicago hasta el 28 de septiembre, muestra una selección de imágenes aéreas poco conocidas de la producción de Steichen como fotógrafo militar y comandante de la primera unidad dedicada al uso estratégico e informativo de las imágenes aéreas. Hizo el trabajo para el que fue movilizado en julio de 1917 —la misión inicial era la de ser reportero de guerra clásico, sobre el terreno—, desde un ángulo nuevo, explorando el valor de las fotos aéreas para codificar la información y ser interpretadas como aporte estratégico.

Precisas notas manuscritas

Cada una de las fotos, tomadas en territorio francés, sobre todo en las zonas de batalla de Chateau Thierry y Cantigny, lleva precisas notas manuscritas de Steichen. "Plataforma de hormigón para aterrizaje de aviones en Puxieux (cada bloque de aproximadamente 50 pies de ancho por 250 pies de largo). La masa con forma de media luna se formó por la pila de hormigón roto cuando quitaron la plataforma. A una altitud de 15.000 pies, 23 de agosto de 1918", anota en una.

Más allá del valor estratégico de las tomas que Steichen hizo desde el aire, los organizadores de la muestra quieren demostrar que las misiones bélicas del fotógrafo fueron un "punto de inflexión" que cambió radicalmente su manera de enfrentarse al trabajo. Si durante su exilio voluntario en Francia antes de la guerra estaba lleno de dudas artísticas y sólo hacía fotos para tantear posibilidades, obsesionado hasta tal punto con la búsqueda de un nuevo lenguaje que llegaba a hacer hasta mil negativos de un mismo motivo —nunca quiso exhibir la producción de esta etapa, que sólo apareció en 2012 en el deslumbrante libro Steichen: Eduard et Voulangis (The Early Modernist Period, 1915 - 1923)—, tras las misiones aéreas se convenció de que debía explorar "nuevas habilidades" técnicas.

"Trabajar comercialmente como un ingeniero"

A su regreso a los EE UU en 1923 aceptó el trabajo de editor gráfico del grupo Condé Nast, editor de, entre otras revistas, Vogue y Vanity Fair, aseguró que deseaba "trabajar comercialmente como un ingeniero". Durante los siguientes quince años, Steichen sacó partido a la influencia y los recursos de la empresa para crear una nueva manera de retratar a personalidades y famosos.

Steichen "defendió el potencial cultural y económico de la celebridad, la moda y la fotografía publicitaria creando, a través de su inteligente uso de la estética modernista, el estilo de imágenes que fueron la base de las actuales revistas de fotografía", dicen los organizadores de la exposición de Chicago.

Intuición y capacidad de trabajo

Se suele decir que los retratos que produjo, realizó y publicó durante su estancia en el grupo editorial tuvieron tanta importancia para la historia de la fotografía como el paso del mudo al sonoro para el cine. Dotado de una intución artística labrada en el gusto por el impresionismo y el simbolismo franceses y con una capacidad de trabajo asombrosa, hizo retratos que merecen ser comparados, como opinan los críticos, con las mejores obras de arte de la época del art déco.

La muestra expone una amplia selección: desde un retrato de 1932 de Winston Churchill que, con el gesto feroz e indomable, sería considerado la imagen oficiosa del político, hasta introspecciones glamourosas de estrellas de cine (Fred Astaire, Mary Pickford, Charles Chaplin, Greta Garbo...).

Aprendiz de imprenta

Nacido en Luxemburgo en 1879 y emigrado a los EE UU cuando era un bebé, Steichen comenzó como aprendiz de litografía en una imprenta, pero se decantó por las fotos a los 17 años. Algunas de sus primeras obras fueron compradas por Stieglitz, del que se convertiría en amigo íntimo y protegido. Ambos fundaron la asociación Photo-Secession.

En 1947, diez años después de dejar el grupo Condé Nast, Steichen fue nombrado director del departamento de fotografía del MoMA de Nueva York. En 1955 fue el comisario de la exposición más popular de la historia de las fotos, The Family of Man.

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