El acercamiento era fotográfico, pero también motivado por el impulso de documentar y estudiar la sociedad que estaba retratando. El alemán August Sander (1876-1964) realizó en su serie Menschen des 20. Jahrhunderts (Hombres del siglo XX) una radiografía de la sociedad de su país que terminó siendo uno de los trabajos más importantes de la historia de la fotografía del último siglo.
Abarca en imágenes personales las traumáticas primeras décadas del siglo XX: el reinado del megalómano Káiser Guillermo II, la I Guerra Mundial, la frágil República de Weimar, la II Guerra Mundial y los años inmediatos a la derrota del nazismo. Sin alusiones históricas y políticas, Sander buscaba la autenticidad en cada ser humano, el gesto que no puede ocultarse: la sinceridad del rostro de una madre primeriza asustada, el desafiante lenguaje corporal de tres adolescentes de pueblo, las profundas arrugas de un granjero, la actitud lúdica de unos bohemios... Fascinó a artistas, escritores y filósofos de la época; también fue definitivo para otros fotógrafos, que tomaron su legado de retratos como punto de referencia.
La Pinakothek der Moderne de Múnich (Alemania) presenta hasta el 24 de agosto una selección del vasto archivo de seres humanos del autor en la exposición Menschen vor Flusslandschaft (Gente en un paisaje fluvial).
Una colección privada con más de 40 originales de Sander
El conjunto pertenece a la colección personal del muniqués Lothar Schirmer —autor y editor de libros de arte y fotografía— y cuenta con más de 40 originales de los famosos retratos, algunos tan conocidos como el del artista Heinrich Hoerle de 1928 o el peón que fotografió en 1926 llevando ladrillos a su espalda.
Aprovechando el elenco de piezas del selecto catálogo, los organizadores crean un diálogo entre estas obras y otras de la colección: fotos de artistas contemporáneos que revelan el peso de la producción del retratista alemán. En los autorretratos de Thomas Ruff y Cindy Sherman trasluce el interés que siempre mostró Sander por captar el gesto inconfundible. Trabajos de Andreas Gursky, Thomas Struth y Jeff Wall también son deudores de la estética de las imágenes del maestro.
Intercalar fotografías del pasado y del presente, de pequeño y gran formato, el blanco y negro y el color o los trabajos documentales austeros y la imagen de estudio permite entender no sólo hasta qué punto el autor está más presente de lo que parece en el panorama fotográfico actual, sino cómo su aportación ha sido decisiva para establecer la fotografía como forma de expresión artística.
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