La abstención se perfila como la opción más probable en las europeas tras los datos de la EPA

Varias banderas europeas, entre ellas la de España.
Varias banderas europeas, entre ellas la de España.
GTRES
Varias banderas europeas, entre ellas la de España.

La destrucción de empleo no cesa. Sube el número de familias en paro, crecen los parados de larga duración y los jóvenes no encuentran dónde agarrarse. Es lo que dice la última EPA (Encuesta Población Activa). En el último barómetro de CIS, además, la preocupación de los españoles por el paro arrojó un incremento de 1,2 puntos porcentuales: el 82,3% lo percibe como el principal problema del país. Y en menos de un mes, iremos todos a las urnas.

Las elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán el próximo 25 de mayo, podrían acusar el descontento de la población respecto a este tema. Porque "lo hay, es un hecho", explica a 20minutos Belén Barreiro, directora del Laboratorio Fundación Alternativas, aunque para ella es "una incógnita" saber por dónde discurrirán las consecuencias de estos malos datos. El voto de protesta podría tomar dos caminos, opina, la abstención o el apoyo a los partidos pequeños.

Mientras esta última opción —que tocaría, probablemente, a coaliciones como Primavera Europea (Equo, Compromís, etc.) o la Izquierda Plural, partidos como UpyD o C's y nuevas formaciones como Vox y Podemos, por poner algunos ejemplos— parece un desenlace "algo difícil, a estas alturas", la otra, más probable, haría que "el porcentaje de voto válido de los partidos grandes apenas se vea alterado". No parece claro, ni mucho menos, que haya un voto de castigo.

Estar en paro "no cambia" el voto

Es lo que pone de manifiesto, de hecho, un informe elaborado por Miguel Caínzos y Carmen Voces que la Fundación ha rescatado este martes. Aunque se centra en elecciones generales, las conclusiones fundamentales extrapolables pasan porque estar en paro "no cambia el partido al que se vota", aunque sí "disminuye la probabilidad de votar a algún partido". Abstención. Los datos del paro, no obstante, afectan también a aquellos que tienen trabajo, recuerda Barreiro.

Pablo Simón, politólogo y editor de Politikon, habla de impacto limitado. ¿Por qué? Las elecciones europeas suelen registrar una menor participación y "más voto sincero (menos voto útil)" si las comparamos con unas nacionales. Se consideran "elecciones de segundo orden". Asimismo, el dato de la EPA ofrece un balance neto de "estancamiento" lo que, unido a ese voto "retrospectivo" o de evaluación al Gobierno nos dice que "estamos más o menos con las mismas expectativas que ayer".

Todo apunta, coincide, hacia la abstención, aunque sí cree que "esta desbandada del PP hará que el peso relativo de formaciones más pequeñas suba". La penalización podría incrementarse, por ejemplo, en comunidades como la valenciana, la que más empleo destruye con 40.900 ocupados menos. Al gobernar el mismo partido a nivel autonómico y nacional, se incrementa "la claridad de responsabilidades" en este y otros temas, algo que no siempre se distingue bien.

La lectura que se saque de las europeas va a ser "muy distinta" en función de lo que pase", añade Barreiro. Pero, ¿votamos para nosotros o para Europa? "El ciudadano sabe que su voto no tiene el mismo efecto", explica. Simón apostilla que casi el 65% de los españoles, según el CIS, vota en las europeas pensando en el contexto español y solo un 15% lo hace pensando en el conjunto de la UE. No es fácil escapar "al marco mental del estado-nación", prima el egoísmo.

La conexión Europa-España

La semana pasada, el colectivo Economistas frente a la Crisis difundió un manifiesto titulado "Cambiar la Política Económica para Recuperar Europa". Uno de sus miembros, el economista Antonio González, cree que en estas elecciones veremos por primera vez que los ciudadanos asocian mucho más las políticas económicas europeas y las nacionales. Hace cuatro años percibían al BCE, a Angela Merkel o a la Comisión Europea como algo "alejado"; ahora, apunta, ven que ellos "imponen" ciertas cosas.

Así, opina que los comicios no solo van a reflejar lo que los españoles piensan sobre Europa, sino también sobre lo que se termina aplicando aquí en forma de políticas económicas. Eso sí, señala que el malestar "es muy grande" y que más que un rechazo explícito en el sentido de los votos lo que quedará patente es la "desafección". "No quieren saber nada", hay un rechazo "a la propia integración europea" por parte de la población, explica. Así lo dice su manifiesto.

Pese a la coincidencia en casi todos los análisis, el Gobierno español cree que los datos de la EPA son "esperanzadores". Es, según González, para contrarrestar decisiones como las que implicaron recortes; "necesitan" mostrar algún dato positivo, aunque no los haya. Para Economistas frente a la Crisis la EPA ofrece hoy indicios "muy feos", como que el flujo de creación de empleo es el segundo más bajo de toda la crisis; hay menos destrucción, sí, pero porque "las políticas de austeridad se han relajado".

González explica también que el desempleo ha bajado porque hay gente que se ha ido del país y muchos, de forma paralela, han dejado de buscar trabajo. Los ciudadanos "no van a reaccionar muy favorablemente" ante las urnas el próximo 25 de mayo, concluye, "no perciben cambios". Es la "lógica nacional", según Simón; la que puede suponer un "toque de atención al gobierno de turno" -aunque esta campaña, recalca, "es algo especial ante la designación de candidatos europeos de cada familia política"-. La que sitúa la tasa de paro en el 25,93%, una de las más altas de la Unión Europea.

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