Pregunta. ¿Cómo afronta el juicio?

Respuesta. Como todos los juicios, evidentemente con mayor preocupación por la expectación que desencadena un juicio de estas características, pero para los miembros del tribunal es un juicio más dentro de esta casa, que son casi todos de trascendencia y evidentemente éste, pero es más por la repercusión social que por el tema jurídico.

P. ¿El hecho de que los partidos y muchos medios de comunicación hayan hecho del 11-M uno de los ejes de la batalla política supone una dificultad añadida?

R. Jurídicamente ninguna, es más de cara al exterior que en el tribunal. En el tribunal se va a juzgar la actuación de determinadas personas que vienen acusadas, independientemente de esa utilización por los medios de comunicación o los partidos políticos.

P. El llamar como testigos a tres presos de ETA, cuando no hay referencias a esta organización terrorista en el sumario, ¿supone cuestionar la instrucción del juez Juan Del Olmo?

R. En modo alguno. De lo que ha tratado el tribunal es de preservar el derecho de defensa: son testigos propuestos por una de las defensas y se trata de garantizar en su totalidad el derecho de defensa. No se está cuestionando ni la instrucción sumarial ni cualquier investigación.

P. ¿El juicio permitirá saber la verdad de lo ocurrido el 11-M?

R. En el juicio se va a determinar la responsabilidad de 29 personas, pero siempre que pudiera surgir cualquier cuestión no investigada se deducirían en su caso los correspondientes testimonios. El objeto del procedimiento aquí ya viene delimitado por los escritos de acusación (...), pero no significa que durante la realización de las pruebas puedan surgir indicios de cualquier otro hecho o participación y haya que seguir una nueva instrucción en la causa.

P. Usted ha presidido recientemente juicios contra destacados miembros de ETA, como Ignacio Bilbao o Francisco Javier García Gaztelu, "Txapote", en los que se ha visto obligado a imponer orden ¿En un juicio con 29 procesados, hace falta más mano dura o más mano izquierda?

R. Depende de la estrategia de los acusados y de sus defensas, pero hay que mantener un mínimo de orden que no dudo que, con la gran experiencia que tiene, el presidente (el magistrado Javier Gómez Bermúdez) sabrá imponer.

P. Por su experiencia en juicios de terrorismo, ¿cree que las víctimas se sentirán reconfortadas por la celebración del juicio?

R. Yo creo que sí. Creo que buscan el apoyo de la Administración de Justicia y que vienen precisamente a resarcir sus derechos, no sólo económicos sino también morales (...), y a buscar la verdad que ellos quieren.

P. En el otro lado tenemos a los acusados. Sus abogados, la mayoría de oficio, se han quejado de las condiciones en las que han tenido que preparar su defensa.

R. Se ha dispuesto de todos los medios, como servicio de intérpretes, ha habido reuniones con el Ministerio (de Justicia) de los letrados de oficio y se está garantizando absolutamente el derecho de defensa. Se están poniendo todos los medios para que no exista ninguna mácula en el ejercicio de su derecho de defensa.

P. Desde un punto de vista personal, ¿qué supone su participación en este juicio?

R. La misma responsabilidad que cualquier otro asunto que haya tratado o vaya a tratar en mis años de carrera, pero un reto por la trascendencia del asunto. Sabemos la preocupación que existe, porque si nos miran siempre con lupa, más en este caso. Y es evidentemente un reto profesional y personal estar en el tribunal del mayor atentado que ha habido en España, pero en cuanto al aspecto jurídico, al aspecto humano, es un caso más en mi carrera.