Erasmus españoles llevan tres meses sin pisar las clases en Atenas por la huelga de personal

  • La Universidad Nacional de Atenas y la Universidad Politécnica aún no han abierto sus puertas este curso por una huelga de su personal administrativo.
  • Protestan contra el traslado de 1.765 trabajadores al llamado esquema de reserva laboral: ocho meses en paro y luego reubicados en otro puesto o despedidos.
  • Laia Alabern, estudiante Erasmus en Atenas, entiende la protesta, pero se siente "abandonada" por la falta de información que ha recibido.
  • Ve difícil que reciban el pago de la beca Erasmus si las clases no empiezan.
  • Los erasmus con beca general el pasado año recibirán 233 euros al mes.
Manifestación de funcionarios públicos contra el paso de miles de empleados a la reserva laboral en Atenas, Grecia.
Manifestación de funcionarios públicos contra el paso de miles de empleados a la reserva laboral en Atenas, Grecia.
EFE
Manifestación de funcionarios públicos contra el paso de miles de empleados a la reserva laboral en Atenas, Grecia.

Después de trece semanas en huelga, dos de las universidades más grandes de Grecia continúan cerradas y los estudiantes españoles que eligieron Atenas como destino Erasmus prácticamente pueden considerar perdido el primer semestre del curso académico.

Laia Alabern es una de los veintiséis estudiantes Erasmus españoles en la Universidad Nacional de Atenas, la mayor de Grecia pero que aún no ha visto abiertas sus puertas este curso. Tras casi tres meses en la capital helena, esta manresana de 21 años no ha podido continuar con sus estudios de Derecho.

El personal administrativo de esta universidad y de la Universidad Politécnica de Atenas inició el 10 de septiembre una huelga en protesta contra el traslado de 1.765 trabajadores de las ocho universidades más importantes del país al conocido como esquema de reserva laboral.

Este programa consiste en un periodo de ocho meses de paro, durante el que los afectados perciben el 75% de su salario, y al término del cual son reubicados en otro puesto o despedidos.

Pérdida del semestre

La catalana confiesa sentirse "abandonada" debido a la falta de información que ha recibido. "Son mis padres los que me están pagando los estudios y no quiero perder el curso", dice preocupada y sin una idea clara de qué hacer.

Laia pone como ejemplo el caso de algunos estudiantes italianos que ya han vuelto a sus casas, para intentar salvar este semestre. Ella prefiere mantener la esperanza; por eso acude a las reuniones que cada 48 horas celebran los administrativos de su centro universitario para decidir el futuro de la protesta.

Una decisión que desde el comienzo del curso ha consistido en ir enlazando una con otra huelgas de dos días de duración.

El cierre de la universidad también afecta a los estudiantes españoles a la hora de recibir el pago de la beca Erasmus. "Nos han facilitado un papel como certificado de llegada", comenta Laia, pero asegura que será difícil que reciban el dinero si las clases no empiezan.

Para tratar de evitar que los estudiantes extranjeros pierdan por completo el primer semestre del curso, algunos de los profesores se han puesto en contacto con ellos para concretar una serie de trabajos que les permitan salvar sus notas. "Nos han dicho que entreguemos unos trabajos para no perder del todo el semestre", explica esta estudiante.

Una huelga llevada a los tribunales

La celebración de esta huelga ha generado fuertes tensiones entre la comunidad universitaria y el Ministerio de Educación, hasta el punto de que el asunto fue llevado a los tribunales, que consideraron el paro ilegal, ya que afectaba a todos los trabajadores y provocaba un daño económico al paralizar los programas de investigación. El paro fue declarado ilegal pero no se prohibió, así es que el pulso se mantiene.

Laia asegura entender los motivos de la protesta de los administrativos, que han contado con el apoyo de la dirección de las universidades, los sindicatos de profesores y las asociaciones de estudiantes e incluso del Senado de la Universidad Nacional, que presentó su dimisión en bloque como muestra de solidaridad.

De producirse los despidos, 498 administrativos de la Universidad de Atenas y 399 de la Universidad Politécnica perderían el trabajo. De modo que las universidades griegas se quedarían con una media de dos administrativos por cada cien alumnos, mientras que los centros británicos tienen 7,9 y los americanos 9,5.

Además de las matriculaciones para el presente curso, ambas universidades tienen pendientes los exámenes de septiembre.

A pesar de los problemas con los que se ha encontrado, Laia asegura haberse "enamorado del país", lo que le ha llevado a tomar la decisión de alargar su estancia, que finalizaría en febrero, hasta el final del curso. "Me quiero quedar aquí", afirma Laia, "pero para eso necesito que abran la universidad".

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