Fernández Díaz asegura que lo que costó detener a Troitiño "se ha venido abajo en unas horas"

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, hace declaraciones a los periodistas en el Congreso.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, hace declaraciones a los periodistas en el Congreso.
EFE/Paco Campos
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, hace declaraciones a los periodistas en el Congreso.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha lamentado que el trabajo que costó detener en el Reino Unido el pasado año al etarra Antonio Troitiño "se ha venido abajo en unas horas", después de la anulación de la doctrina Parot y de que un tribunal británico haya ordenado su libertad condicional.

En declaraciones a TVE, Fernández Díaz ha recordado que Troitiño, miembro del comando Madrid con el que perpetró más de una veintena de asesinatos, era uno de los huidos de ETA más buscados y que su detención costó mucho trabajo.

"Después de ese trabajo, comprenderá que no es precisamente alegría lo que siento. El estado de sentimiento que tengo es que todo aquel trabajo se viene abajo en unas horas", ha dicho el ministro sobre la decisión del Tribunal Superior de Londres que decretó la libertad condicional de Troitiño en aplicación del fallo de Estrasburgo.

Pese a esta tristeza, el titular de Interior ha dejado claro que esta es "la servidumbre y la grandeza del Estado de Derecho", sin perjuicio de que haya sentencias como la de la Corte Europea que "cuesta mucho entenderlas y asumirlas".

Preguntado por la reacción de las víctimas y la convocatoria de una de las asociaciones más combativas, la AVT, Fernández Díaz ha dicho que comprende la indignación y el "gran dolor" de lo sucedido, tras lo cual ha querido transmitir un "mensaje de confianza y esperanza", porque "ETA ha sido derrotada" y lo que ha sucedido "no cambia en nada lo esencial".

El Gobierno "no puede hacer nada"

Por otro lado, Fernández Díaz ha insistido en que cuesta asimilar y aceptar la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero ha recalcado que ahora "el Gobierno no tiene ningún margen de maniobra" y "no puede hacer nada".

El titular de Interior ha recordado que el Tribunal Constitucional ha establecido cómo interpretar y aplicar las sentencias del tribunal de Estrasburgo y ha indicado que, "aunque duela profundamente e incluso repugnen las consecuencias", el Gobierno no puede hacer nada.

"Comprendo porque hago mío el dolor y el sentimiento que tienen las víctimas y una parte muy importante de la sociedad. Es muy difícil de entender y aceptar que se han violado los derechos humanos de los que han cometido delitos tan terribles cuando los derechos humanos que se han violado ha sido los de las víctimas", ha subrayado.

Junto al "dolor y a la indignación" provocados por la sentencia, el ministro ha lanzado también un mensaje de "confianza y esperanza", ya que ha destacado que esta situación ya no se puede repetir para casos de condenados con el Código Penal de 1995, que excluyó las redenciones de condena por trabajo penitenciario e introdujo el cumplimiento íntegro de las penas.

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