Las centrales nucleares de Ascó, Vandellós y Cofrentes no han registrado la actividad sísmica de Castellón, según CSN

Las centrales nucleares del este peninsular, Ascó I y II, Vandellós II y Cofrentes no han detectado o registrado la actividad sísmica que se está produciendo frente a las costas de Vinaròs(Castellón) a raíz, posiblemente, de las inyecciones de gas que se han introducido en el almacenamiento de gas Castor.

Las centrales nucleares del este peninsular, Ascó I y II, Vandellós II y Cofrentes no han detectado o registrado la actividad sísmica que se está produciendo frente a las costas de Vinaròs(Castellón) a raíz, posiblemente, de las inyecciones de gas que se han introducido en el almacenamiento de gas Castor.

Según han informado fuentes del CSN a Europa Press, el programa de supervisión continua no ha recibido notificación alguna sobre anomalías sísmicas detectadas por los equipos de detección de estas centrales que están obligadas a comunicarlo al regulador desde el 16 de septiembre.

Además, han indicado que en el caso de que se produjera un terremoto, las plantas están preparadas para parar automáticamente de forma segura ante un temblor si se superara la base de diseño y el nivel de aceleración horizontal para el que la central está preparada.

Concretamente, la central nuclear de Vandellós II (Tarragona) está preparada para superar un terremoto de intensidad VII en la escala Mercali, mientras que Vandellós II está prevista para un terremoto de VIII en la misma escala. Aunque no existe equivalencia, estas intensidades equivaldrían aproximadamente a lo que en escala Richter serían magnitudes de 6 a 8, que equivale a la liberación de 100.000 toneladas de dinamita (TNT).

En caso de registrar un seísmo de tales características estas plantas pararían automáticamente de forma segura. En cuanto a la central de Cofrentes, en la actualidad no está funcionando al estar en parada para recargar combustible.

Las centrales nucleares cuentan con dos sistemas para medir los movimientos sísmicos. El primero son los sismógrafos convencionales y los segundos sirven de referencia para tomar las decisiones previstas en los protocolos de sismicidad y están "conectados con la sala de control".

Desde Ascó y Vandellós estiman que los sismógrafos convencionales probablemente hayan podido detectar algún tipo de movimiento en la zona, como el resto de instrumentales, no así los que sirven para el funcionamiento de la central.

Sin embargo, aseguran que "en ningún caso" se han detectado movimientos sísmicos relevantes para el funcionamiento de las centrales nucleares, y no ha llegado ninguna señal a la sala de control relacionada con terremotos. "No hay nada", ha subrayado el portavoz que ha añadido que, por tanto ni se plantea la posibilidad de detener el funcionamiento de las nucleares.

En estos dos protocolos, la primera señal que llegaría a la sala de control sería un movimiento ocho veces por debajo de las bases de diseño, un supuesto al que no se ha llegado.

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