Facultades deterioradas y falta de profesores en la Complutense, pese al aumento de las tasas

  • La aportación económica de la Comunidad de Madrid a la Universidad Complutense baja un 9,5% este año y aún le deben 62 millones de euros.
  • La falta de mantenimiento es visible en las facultades de Políticas, Derecho o Filología; y la Complutense admite "dificultades para cubrir las bajas".
  • Los trabajadores advierten de que los recortes afectarán pronto a los estudios, con cierres de titulaciones y campus en peligro, como el de Aranjuez.
Fachada de la facultad de Derecho de la Universidad Complutense, en Ciudad Universitaria.
Fachada de la facultad de Derecho de la Universidad Complutense, en Ciudad Universitaria.
JORGE PARÍS
Fachada de la facultad de Derecho de la Universidad Complutense, en Ciudad Universitaria.

Los recortes presupuestarios están ahogando a la Universidad Complutense. Hasta el punto de que sus 85.000 estudiantes ya están notando sus efectos, tanto en la degradación de las facultades por falta de mantenimiento como en la marcha de los estudios, por las dificultades para cubrir las bajas del personal docente, las restricciones de luz o calefacción y la escasez de material básico, según reconocen fuentes de la propia universidad. Pero la amenaza no queda ahí: la comunidad educativa advierte sobre el riesgo de que desaparezcan titulaciones para ahorrar o se cierren campus, como el Centro de Estudios Superiores Felipe II (Aranjuez). Y todo ello a pesar del aumento de tasas universitarias, que ha supuesto un incremento medio de 350 euros por curso (una media de 5,8 euros más por cada crédito en la primera matriculación). Para este curso, la matrícula de las licenciaturas y diplomaturas ha oscilado entre 1.279 y 1.628 euros, para el caso de los no repetidores.

Este año, la Comunidad de Madrid ha reducido un 9,5% la asignación económica a la Universidad Complutense (de los 341,6 millones de euros del año pasado a los 308,9 millones del ejercicio actual). Dentro de las partidas públicas destinadas a la universidad, la peor parte se la han llevado las obras y reformas, con un 50% de recorte. La reducción se ha notado inmediatamente en la conservación de las facultades y el deterioro de los edificios, principalmente en el campus de Somosaguas y en las facultades más antiguas de Ciudad Universitaria.

La facultad de Ciencias Políticas, en Somosaguas, presenta un evidente estado de deterioro, con grafitis en las paredes (incluso, en el interior) y áreas con falta de iluminación. En la planta baja hay pasillos y torres de escaleras completamente a oscuras, a pesar de ser zonas con un elevado tránsito de alumnos. En Económicas (también en Somosaguas) también existen deficiencias de mantenimiento, con grietas en el edificio de la biblioteca y en algunos aularios. En este caso, el problema se agrava por la paralización de la obra del nuevo módulo que iba a albergar la ampliación de la facultad.

En Ciudad Universitaria, el deterioro se centra en las facultades más antiguas (Derecho y Filología, entre ellas), con ventanales rotos, fachadas agrietas y elementos metálicos oxidados. Por otro lado, los alumnos de Documentación han tenido que paralizar clases por la aparición de goteras en sus aulas. "La Complutense se cae a trozos y no hay capacidad para hacer reformas ni arreglar los pequeños desperfectos", resume Jesús Escribano, representante de CC OO en la Complutense.

"Situación muy complicada"

Desde el Sindicato de Estudiantes añaden los "serios problemas que ha habido con la luz y la calefacción durante el curso". Los alumnos destacan que se producen cortes de electricidad frecuentes y que la calefacción solo se ha encendido en contadas ocasiones. Fuentes de la Complutense confirman los problemas para pagar los servicios y arreglar los desperfectos: "Estamos en una situación muy complicada. No hay dinero para las nóminas, ni para obras de rehabilitación, ni para realizar el mantenimiento necesario. Y la Comunidad todaví nos debe 62 millones de euros de años anteriores", aseguran.

Los recortes también están afectando al desarrollo de los programas educativos, debido a la escasez de profesores: "No se está renovando a los profesores jubilados y tenemos dificultades para cubrir las bajas de los docentes. Es cierto que en alguna ocasión ha habido que suspender clases por enfermedad del profesor, al no disponer de sustitutos", admiten desde la universidad. Desde 2010, se ha reducido el personal docente e investigador en las facultades de Biológicas, Ciencias de la Información, Económicas, Filología, Geológicas, Matemáticas, Políticas y Químicas.

La comunidad educativa sospecha que los recortes afectarán pronto a la actividad académica. "El siguiente paso será el cierre y la fusión de titulaciones para adelgazar la estructura con la excusa de la aplicación del Plan Bolonia, lo que provocará que muchos alumnos tengan que cambiar de centro", apunta Escribano. En este sentido, el primer campus que ha entrado en zona de riesgo es el Centro de Enseñanzas Superiores Felipe II, en Aranjuez. La pasada semana, el rector José Carrillo explicó la difícil situación de este campus adscrito a la Complutense y anunció el estudio de alternativas para evitar su cierre. "El objetivo es mantenerlo abierto para que no se vean afectados los alumnos", explican desde la Universidad. Sin embargo, algunas titulaciones podrían extinguirse de forma escalonada y todavía no pueden garantizar que permanezcan todos los estudios.

Alicia Reyes, 21 años, 2º de Derecho: "A menudo falta un profesor y no hay sustitutos"

"Esto está tan mal que ya casi nos hemos acostumbrado. Además de la falta de mantenimiento, lo peor es que en ocasiones falta un profesor y tienen que suspender esa clase porque no hay un sustituto. Nos ha ocurrido en varias ocasiones este curso. Igual que la calefacción: este año, en los meses más duros del invierno solo han encedido la calefacción un par de días".

Adrián Aceituno, 21 años, 2º de Filosofía: "Pago 1.300 €; no veo dónde va ese dinero"

"Mi facultad es una de las más castigadas por los recortes. Sienta bastante mal pagar 1.300 euros en tasas y luego no ver dónde va ese dinero. Hay falta de material y nos han reducido el número de horas lectivas. Antes los profesores nos repartían fotocopias de textos para hacer los análisis en el aula, pero incluso eso nos lo tenemos que pagara ahora. Por no hablar de las instalaciones, que dejan mucho que desear, con sillas sin respaldo, clases sin calefacción o ventanas reventadas".

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