Recibir un Oscar a la mejor actriz con solo 22 años es suficiente motivo para perder los nervios, pero en el caso de Jennifer Lawrence, sufrir situaciones bochornosas ya empieza a ser un hábito en ella.

Su abullonado vestido de alta costura de Dior le jugó una mala pasada: cuando sonó su nombre como ganador, subió emocionada la escalinata para recibir el premio, se lo pisó y cayó de bruces ante una audiencia de millones de personas en el mundo. Avergonzada, se tapó la cara.

El actor Hugh Jackman se levantó de su asiento y corrió para auxiliarla, pero la joven interprete ya se había levantado sola y terminó de subirse al estrado muy nerviosa.

El público congregado en el Dolby Theatre de Los Angeles se puso en pie y ovacionó a la apurada intérprete. "Muchas gracias", dijo Lawrence. "Esto es de locos. Os habéis levantado solo porque me he caído y os sentís mal. Es embarazoso".

A pesar de su vergüenza, Jennifer no se olvidó de dar las gracias también a sus compañeros de reparto y el equipo de El lado bueno de las cosas, película por la que ha ganado la estatuilla, y también tuvo el detalle de felicitar a su rival, Emmanuelle Riva, la protagonista de Amor, por su cumpleaños, ya que ese mismo día cumplía 86 años.

El tropiezo hubiera quedado en una mera anécdota si no fuera porque Jennifer Lawrence también sufrió otro percance en los premios del Sindicato de Actores, donde también fue elegida mejor actriz.

En esa ocasión, otro Dior fue objeto de su trance: cuando se levantaba para ir a recibir el premio, el vestido se 'desmontó', dejando a la vista sus muslos a través de una fina combinación.

Por si fuera poco, el pasado 7 de febrero, durante la gala benéfica que precedió a los premios Bafta, a los que optó sin suerte esta vez, perdió un tacón y tuvo que pedir ayuda a un guardaespaldas para recuperarlo.

La de este 2013 fue una gala de los Oscar un tanto accidentada. Kristen Stewart acudió con muletas porque se cortó un pie con un cristal, Tim Burton acudió con el brazo en cabestrillo por una caída y el español Juan Antonio Bayona cruzó la alfombra roja con un bastón, debido a la rotura fibrilar en su gemelo, que sufrió durante los premios Goya.