Mientras la Comisión Europea exige a España atajar el sangrante desempleo juvenil —que afecta a uno de cada dos jóvenes— para evitar una "generación perdida", y cuando los principales organismos internacionales señalan que la salida de la crisis pasa por un cambio de modelo productivo —del ladrillo a la sociedad del conocimiento—, España ha reducido un 40%  la inversión en investigación en los últimos cuatro años, según denuncia la comunidad científica.

Asfixiada económicamente, la ciencia española "se hunde". Los profesionales del sector consultados por 20minutos.es dibujan un panorama apocalíptico, de daños "irreparables" y alertan de las "gravisimas consecuencias" sociales si España "pierde el tren del desarrollo tecnológico" y "acentúa su dependencia del exterior".

El Presupuesto General del Estado para 2013 dedica a I+D+i 5.562 millones, una cantidad en continuo descenso desde 2009, que iguala la recibida por el sector hace ocho años.

La inversión española en innovación supone el 1,33% del PIB y se aleja cada año más del 2% que destina de media la Unión Europea. ¿Cuáles son las consecuencias directas? Menos becas para investigadores y falta de liquidez para proyectos científicos y tecnológicos.

Emilio Criado, investigador y miembro de CC OO en el Consejo Rector del CSIC, denuncia que "el descenso dramático de la capacidad operativa de los centros de investigación hacen peligrar muchos proyectos, pero lo más grave de todo es que está en juego el primer relevo generacional en la ciencia española".

Criado explica que mientras otros países como Francia o Alemania tienen una consolidada comunidad de científicos profesionales, España no. "Si no se produce el relevo de la primera generación que ha podido vivir de la ciencia se dañará profundamente la solidez alcanzada por el sistema científico español en los últimos 30 años".

Para dar cuenta de los ahogos, pone su casa, el CSIC, como ejemplo. El Centro Superior de Investigaciones Científicas —organismo con 130 sedes y más de 13.000 trabajadores, entre investigadores y técnicos— ha perdido en los últimos cuatro años un 30% de financiación pública. En 2013 es de los que más recorta. Su presupuesto se reduce un 9,9%, a pesar de que el buque insignia de la investigación pública española está ya al borde de la suspensión de pagos y tiene sobre si la sombra de un ERE planeando.

El movimiento de los 'becarios precarios' lleva tiempo denunciando la continua fuga de cerebros, alertando de las graves consecuencias de perder a la generación mejor formada de la ciencia española, exiliada ante la falta de expectativas nacionales.

Amaya Moro Martín, astrofísica del CSIC y promotora de la plataforma Investigación Digna, asegura que el desastre en la ciencia española ya es "multigeneracional". Los recortes pueden acabar con "no una, sino varias generaciones de científicos".

Al tiempo que dejan de concederse becas de posgrado para investigadores que empiezan (400 menos anuales), los que accedieron a una y aspiran a una plaza fija de investigador son despedidos y, un escalafón más arriba, científicos de renombre ven peligrar sus proyectos debido a la falta de liquidez.

El año que viene, además, la inversión en I+D en las Universidades Públicas (de donde salen dos tercios de las investigaciones científicas) verá recortado su presupuesto un 80%. Este 'hachazo' ha puesto en pie de guerra contra el Ministerio de Economía a los 50 rectores de las Universidades Públicas, que la semana pasada denunciaron con la lectura de un manifiesto común el deterioro "irreparable" que producen los recortes.

El rector de la Universidad de Córdoba, responsable de I+D en la asociación de rectores españoles, José Manuel Roldán, lamenta que después de que España haya conseguido auparse al noveno puesto mundial de investigación, se vaya a perder ese lugar destacado por falta de fondos públicos. "Comprendemos las medidas de austeridad, pero pueden significar una pérdida irreversible de eficacia y excelencia", advierte.

Las sociedades científicas españolas también califican de "muy grave" la situación. Carlos Andradas, presidente de la Cosce (Conferencia de Sociedades Científicas Españolas), denunciaba recientemente en un artículo que "la investigación se va esclerotizando por falta de liquidez y recursos" y apelaba al Gobierno y al Parlamento "a plantear qué papel quieren que la I+D+i juegue en nuestro país".

Por su parte, la secretaria de Estado de I+D, Carmen Vela —máxima responsable de la ciencia en el Gobierno— está convencida de que "la solución de la crisis va a pasar por la ciencia, y para eso estamos trabajando", ha dicho. Vela ha admitido la "disminución presupuestaria" de su departamento, mientras sigue concentrada en sacar "menos plazas de formación científica, pero de mejor calidad".

En un artículo publicado en junio en la revista Nature Vela apostaba por fortalecer el sistema científico a través de su adelgazamiento, invirtiendo en la excelencia y en proyectos competitivos. La comunidad científica encendió las redes sociales contra la secretaria y su política de recortes. El jueves pasado, la primera gala de premios a la ciencia organizada por el Ministerio de Economía fue utilizada también por los propios premiados para lamentar los despidos y el cierre del grifo de las ayudas públicas a la ciencia.

Este miércoles, 19 de diciembre, becarios y rectores, investigadores y técnicos, representantes de las sociedades científicas así como de los sindicatos volverán a salir a la calle a reivindicar la ciencia como inversión, no como gasto. Hay convocadas protestas por todo el país y el acto central será una concentración en la explanada de la Facultad de Medicina de la Complutense bajo el lema: "Sin investigación no hay futuro".