Los sindicatos llaman este domingo y también el Primero de Mayo a la movilización de la ciudadanía en contra de una política económica y social que ven lesiva para el interés general, con la esperanza de obtener una respuesta masiva y la intención de mantener las protestas hasta lograr que el Gobierno "rectifique".

Un mes después de la huelga general del 29-M, hay convocadas movilizaciones en 52 ciudades de todo el país en contra de los recortes en sanidad y educación —el lema es Con la educación y la sanidad no se juega—, con los que se pretenden ahorrar 10.000 millones y que los sindicatos consideran el inicio del desmantelamiento del Estado del bienestar.

CC OO y UGT consideran que la posición beligerante del Ejecutivo supone una "agresión brutal" contra los derechos de los trabajadores que, además, difícilmente podrán tener solución en el futuro, según ha explicado el secretario de Organización y Comunicación de la UGT, Javier Cubillo.

Cubillo opina que los sindicatos "no pueden quedarse quietos" y espera que, a pesar de que el puente vacacional puede influir en la convocatoria, puede haber sorpresas.

El líder de UGT, Cándido Méndez, ha hecho un llamamiento a las manifestaciones convocadas para este domingo y para el Primero de Mayo "para decirle al Gobierno que por aquí no, que el Gobierno de España no tiene por qué estar respaldando la estrategia electoral de Merkel, ni creando las condiciones para que jóvenes cualificados se vayan a Alemania a trabajar por 400 euros".

Méndez, quien ha participado en el 24 congreso de las Juventudes Socialistas de España (JSE), ha avisado de que la reforma laboral "se lleva todo por delante", ya que fulmina el valor de la negociación colectiva frente a la decisión unilateral del empresario y la garantía de tutela judicial ante el despido fácil y barato, algo que no contemplaba ni la que llevó a cabo José María Aznar.

La reforma laboral "perpetra un asesinato contra la verdad y una violación de las palabras", ha abundado, porque se habla de reforma cuando es "una demolición".

Las protestas continuarán el Primero de Mayo con la celebración del Día Internacional de los trabajadores bajo el lema Quieren acabar con todo.

El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, ya ha advertido de que este 1 de Mayo no será como los anteriores porque cree que ahora más que nunca está justificada una reacción masiva de la sociedad contra unas políticas que considera dañinas.

De hecho, CC OO y UGT se han planteado ese día como una continuación de la huelga general del pasado 29 de marzo en contra de una reforma laboral que el Gobierno no tiene intención de cambiar más allá de cuestiones técnicas.

Tanto Toxo como Méndez han criticado lo que consideran una falta de disposición al diálogo por parte del Ejecutivo, razón por la que están buscando la complicidad de los partidos políticos para lograr un consenso social, al tiempo que movilizan a la sociedad en la calle.

Ambos líderes sindicales enviaron tres cartas consecutivas al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para pedirle un pacto por el empleo, el crecimiento económico y los derechos sociales.

Después de que Rajoy les contestara que su interlocutora debía ser la ministra de Empleo, Fátima Báñez, los dos secretarios generales se reunieron con ella el pasado día 20 en un encuentro que ambos consideraron infructuoso porque sus propuestas quedaron en vía muerta.

Por ello, los sindicatos mayoritarios llaman a la ciudadanía a ejercer una "rebelión democrática serena y pacífica", pero de autodefensa ante unas políticas de ajuste fiscal que entienden que llevan al país "a una dinámica de autodestrucción".

Por su parte, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha mostrado su respeto hacia los manifestantes siempre que cumplan la ley y su convencimiento de que las reformas del Gobierno darán sus frutos, por lo que ha pedido mirar a medio y largo plazo.