Los ajustes de Rajoy afrontan su primer gran examen tras el rechazo inicial de los mercados

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una imagen de archivo tomada en el Congreso de los Diputados.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una imagen de archivo tomada en el Congreso de los Diputados.
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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una imagen de archivo tomada en el Congreso de los Diputados.

Esta Semana Santa no ha sido de descanso para Mariano Rajoy. Lo que se antojaba como una semana en la que todos los deberes quedaban hechos, ha degradado en unos días tremendamente problemáticos que han entorpecido los mecanismos en la lucha contra la crisis económica.

Lo ocurrido en estos días es un mal presagio para la semana crucial que afronta el Gobierno de Rajoy, que desde este martes tiene por delante varios desafíos que pueden determinar el rumbo de sus decisiones, así como darles luz sobre si contarán con el beneplácito de los mercados, de los organismos europeos y, aún más importante, de la sociedad española.

Los primeros avisos

Este martes, tras la presentación detallada de los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso de los Diputados comenzaron las embestidas contra España, tanto políticas como económicas. Y todas ellas se iniciaron donde, desde hace unos meses, nacen todos los ataques hacia el país y sus gestores: los mercados financieros.

El mismo martes en el que se conoció dónde se aplicaban los 27.300 millones de euros en 'tijeretazos' —8.000 de ellos en gasto social— recogidos en los presupuestos, el IBEX 35 cayó un 2,71% y perdía los 8.000 puntos, quedándose en 7.825.

La prima de riesgo, el diferencial entre el bono alemán y el español, y que tuvo en jaque en el verano de 2011 a todo el país y al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, se fue hasta los 364 puntos. Los mayores descensos de la Bolsa se produjeron en las empresas constructoras, contagiadas por el severo recorte de las partidas del Gobierno a infraestructuras.

Ese mismo día se conoció, también en la presentación de las cuentas para 2012, que el Ejecutivo esperaba que el número de parados alcanzase los 5,6 millones, tras calcular que la tasa de paro aumentaría 2,7 puntos, situándose en el 24,3%. Otro revés para las promesas de Rajoy, y para la reforma laboral, encauzada para crear puestos de trabajo, y que según las previsiones el Ejecutivo no dará los frutos esperados este año.

Más desplantes de los mercados

El miércoles continuó la caída. El Tesoro logró colocar 2.589 millones de deuda de los 3.500 que sacó a subasta, un hecho designado por los expertos como la primera prueba que mediría la confianza de los inversores en los presupuestos.

Esto provocó que España tuviese que ofrecer más rentabilidad de la prevista, y por tanto, pagar más intereses, para llegar al objetivo mínimo estipulado, que era de 2.500 millones. Así, se rompía la buena dinámica de las subastas del Tesoro, que desde el pasado diciembre logró buenos resultados, logrando menores porcentajes de rentabilidad al existir mayor demanda de deuda que la ofertada.

Lo ocurrido en la subasta anticipó lo que ocurriría en la Bolsa. El IBEX volvió a caer, en este caso más de un 2%, y se quedó en 7.661 puntos, un nivel similar al de septiembre de 2011, cuando la economía estaba enfrascada en una situación tremendamente delicada por los ataques de los mercados.

La prima de riesgo tampoco ayudó, y subió hasta los 390 puntos, una cifra similar a las que se registraron a finales del pasado año.

Cuando parecía que el mal día tocaba a su fin, la misma tarde del miércoles llegó el primer aviso desde Europa. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, afirmó tras la subasta de deuda que los mercados financieros esperan que algunos países de la UE hagan más reformas, lo que fue interpretado como un claro mensaje a España.

La prima se dispara

Aún con media España de vacaciones, la Bolsa no descansó el Jueves Santo. Este día los mercados se reafirmaron en sus ataques a la economía. La prima de riesgo llegó a los 402 puntos, superando así la barrera de las 4 centenas por primera vez desde diciembre. Desde el ministerio de Economía aseguraron que lo ocurrido en los parqués respondía las "dudas sobre el crecimiento de Europa" entre los inversores.

La Bolsa cerró con una caída del 0,5%, un descenso más leve que los días previos, lo que dejó al IBEX en los 7.656 puntos. Así, finalizaba la semana negra de España en los mercados, a la espera del martes, cuando las Bolsas reabrirán tras descansar este viernes y el próximo lunes.

Expertos economistas aseguran que para tranquilizar a los mercados hay que emitir mensajes contundentes "en favor de la consolidación fiscal", y avisan de que la crisis de deuda no ha llegado a su fin, sino que ha tenido una etapa tranquila "por las inyecciones de liquidez del BCE".

Entre las claves para entender los ataques a España está el objetivo de déficit para 2012, situado en el 5,3%, lo que "desconcertó a los mercados" al superar este el 5%, y que provocó que estos "nos miren con lupa".

A los análisis sobre España se sumó el comisario de Economía de la UE, Olli Rehn, que dio una de cal y otra de arena a España, al reclamar al país un "compromiso sin ambigüedades" con las reformas, a la vez que reiteró su confianza en los ajustes ya emprendidos.

El turno de la sanidad y la educación

El viernes, el ministro de Economía, Luis de Guindos, anunció en una entrevista que los próximos pasos del Gobierno en su agenda de ajustes serán las "reformas en servicios públicos, sobre todo en sanidad y educación", a la vez que que aseveró que España saldrá de la crisis económica "por su propia fuerza" y "reforzada" de la misma.

Estas declaraciones de De Guindos provocaron todo tipo de reacciones, especialmente desde la oposición, que alertó de que el Ejecutivo estaba anticipando recortes sociales de calado.

Tras lo dicho por el titular de Economía, el PP afirmó el sábado que la sanidad española "está en la UCI" y que esta necesita reformas. Este domingo, el responsable de Sanidad de los populares, José Ignacio Echániz, quiso "tranquilizar" a los ciudadanos, al asegurar que no habrá "recortes" en el sistema público, sino "ajustes", y anticipó que estos podrían ir por dejar de financiar "determinadas cuestiones" debido a la crisis económica.

La ministra de Sanidad, Ana Mato, destacó también este domingo que el Gobierno pretende reformar el sistema sanitario, ya que es "insostenible", a la vez que garantizó una sanidad "gratuita y de calidad".

Los 'dardos' de Sarkozy

No todos los ataques que ha sufrido el país han sido económicos. El presidente francés y candidato a la reelección, Nicolas Sarkozy, ha centrado su campaña en atacar a España y Grecia para alertar a los franceses de lo que podría pasar, según él, en el caso de que llegase al poder su rival electoral, el socialista François Hollande.

Durante cuatro días consecutivos, Sarkozy ha cuestionado la viabilidad española al manifestar que la economía está "al borde del precipicio" o que "No hay un francés que desee la situación que han tenido los griegos y que ahora tiene España".

Esto provocó la reacción del PSOE, que exigió al Ejecutivo que desautorizase al jefe del Estado francés en sus afirmaciones sobre España. Desde el PP, partido afín a Sarkozy, aseguraron que el presidente galo se refería a la anterior gestión de los socialistas, concretamente a la "herencia económica" de Zapatero.

Hollande también reprochó a Sarkozy sus palabras sobre España, al afirmar que "un jefe de Estado no hace eso", a la vez que rechazó comparar la situación de ambos países.

Este mismo domingo en una entrevista, el líder conservador galo insistió en sus críticas a España para defender su programa, al asegurar que, de resultar reelegido, cumpliría los objetivos de déficit de Francia para "no pasar las mismas dificultades" que sus vecinos.

Una semana clave

El Gobierno de Mariano Rajoy encara un retorno vacacional marcado por la aprobación en las Cortes de algunos de sus proyectos más polémicos.

Pero la jornada más esperada es la del martes, cuando se retoma la actividad de las bolsas tras cuatro días de parón. Este día está marcado en el calendario como el del dictamen de los mercados, en el que los inversores decidirán si contribuyen a la recuperación de la economía o si optan por lo contrario.

Los expertos anticipan que, tras cuatro días de parón (del viernes santo al lunes de Pascua), es complicado dilucidar cómo reaccionarán los parqués. Su decisión determinará el devenir de Rajoy y su Ejecutivo, así como la confianza que sus reformas inspiran en los inversores.

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