La repentina aparición de un excremento de lince en el municipio madrileño de Navas del Rey ha confirmado las sospechas de algunos expertos, que indicaban la posibilidad de que esta especie protegida habitara zonas del Sistema Central y de los Montes de Toledo.

A pesar de los nacimientos recientes de lince ibérico en Doñana, el animal se encuentra en peligro de extinción, y tan sólo quedan unos doscientos ejemplares localizados, todos en Andalucía.

Sin embargo, el descubrimiento de la presencia de linces en la región, gracias a las pruebas de ADN practicadas a una caca hallada cerca de la Carretera de los pantanos (M-501), no parece convencer a todos.

"Los excrementos se pueden haber situado ahí", ha dicho Esperanza Aguirre que, de confirmarse la presencia del felino en la zona, tendría otra razón más en contra de su proyecto de ampliación de la M-501.

Una carretera polémica

La conocida popularmente como Carretera de los pantanos registra cada año un elevado número de accidentes mortales cada año, el último, hace tan sólo un par de semanas.

Por esta razón, hace unos años la Comunidad de Madrid -presidida entonces por Alberto Ruiz-Gallardón- se propuso convertir esta carretera en una autovía.

Sin embargo, un informe desfavorable del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el que se indicaba que la ampliación podría afectar a los animales de la Zona de Especial Protección para Aves (Zona ZEPA), ubicada en la zona, echó atrás la iniciativa del ahora alcalde de Madrid.

El Gobierno de Aguirre lo volvió a retomar, y en enero aprobaba el proyecto para convertir la M-501 en el tramo comprendido entre las poblaciones de Navas del Rey (donde se ha hallado el excremento de lince) y Quijorna, de unos 18 kilómetros.

Además, declaraba las obras de interés general, para saltarse así la posible declaración de impacto ambiental negativa para el proyecto de ampliación.

Ecología y urbanismo

La seguridad vial no es la única razón que mueve el proyecto de la Comunidad. Muchos de los ayuntamientos de la zona prevén construir importantes desarrollos urbanísticos, que aumentarán considerablemente la población de la zona y, por consiguiente, el número de vehículos que usarán la M-501.

En la posición contraria están las denuncias de asociaciones ecologistas y de científicos madrileños, que se oponen al proyecto "no sólo por el impacto ambiental de la construcción de la carretera en sí, sino también por todo el 'pelotazo' urbanístico que conllevará la vía".

Ahora, las pruebas de la presencia de lince en la zona -también hay gente que dice haberlos visto- ponen otra pesa más en el lado de la balanza que no quiere ampliar la M-501.

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