Sí: hay señores que pagan para que otros dañen la autoestima de sus ex

Desde hace años, diversos internautas ofrecen, a cambio de pequeñas sumas de dinero, escribir mensajes hirientes a las ex parejas de quienes les pagan. ¿Son bromas inocentes destinadas a la viralidad o nos enfrentamos a casos de acoso digital?
Imagen de 'La red antisocial'
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Netflix
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Herir la autoestima es posiblemente una de las armas más peligrosas para hundir y controlar a alguien, algo que ya señaló en El mito de la belleza Naomi Wolf, libro en el que la autora explica que el mayor mal de este mito radica en que daña la parte más sensible del ser humano, que no es otra que la autoestima. De esta forma, las personas dañadas se convierten en figuras débiles e inseguras. 

Aunque en el libro se refiere a la forma en la que las mujeres occidentales son sujeto de la constante y asfixiante presión por intentar adaptarse a un concepto de belleza idealizado y ciertamente inalcanzable, la idea de que la autoestima es un auténtico talón de Aquiles es esencial para tratar el tema que hoy nos ocupa.

Poco antes de terminar el año, el 18 de diciembre, un usuario de X llamado Leo Cowalski aseguró que su mejor tuit hasta la fecha era uno en el que invitaba a sus seguidores a darle cinco dólares a través de Venmo, la aplicación para hacer y recibir transferencias que es la versión estadounidense de Splitwise, a cambio de poner en la foto que ellos quisieran de sus exes: "sales rara". "Siempre será mi tuit favorito, porque tanta gente me pidió que lo hiciera, que ese mes pude pagar el alquiler", escribe. Desde Mujer.es nos ponemos en contacto con él para saber si estaba bromeando o si realmente, su propuesta, que ya tiene dos millones de visualizaciones, generó tal interés. 

Gané mucho dinero haciéndolo

"No estaba bromeando: lo cierto es que gané mucho dinero haciéndolo. Como menciono en el tuit, pude ganar lo suficiente para pagar el alquiler. De acuerdo, eran 'sólo' 500 dólares, pero nunca había ganado tanto con un tuit", explica. "Fueron unas cien personas las que me pidieron que lo hiciera, y lo hice en cada uno de los casos en los que me dieron la información necesaria", añade.

Aunque para muchos esta idea es poco más que una broma destinada a la viralidad, este tipo de acciones, que suelen dirigirse (¡oh, sorpresa!) en contra de las mujeres, pueden ser vistas como delitos de odio, que son actos simbólicos y actos de mensaje en los que hay que tener en cuenta el daño psicológico individual y colectivo que causan. 

Como explica Laia Serra Perelló en Discurso de incitación al odio: Análisis desde los derechos humanos y pautas interpretativas, el daño puede no ser siempre correlativo a la aparente gravedad de la infracción cometida y tener, en el plano individual, un impacto psicológico diferenciado y específico respecto de otros crímenes.

El discurso de odio genera sensación de vulnerabilidad, devaluación y peligro personal

"La víctima puede sentir su valor como persona anulada, puede modificar su autopercepción y la manera de interactuar con el entorno. Los efectos pueden ser debilitantes y de larga duración. En el plano colectivo, el discurso de odio genera sensación de vulnerabilidad, devaluación y peligro personal en el seno de los colectivos vulnerabilizados", indica el documento.

El precio de la venganza

En realidad, esta propuesta no es en absoluto nueva. Sin ir más lejos, en 2019, un usuario llamado Isaiah Garnica (su cuenta ya está desactivada) tuvo una idea similar. Tal y como explicó entonces a Buzzfeed, aparentemente fueron más de 200 personas las que le pidieron que les hiciera a sus ex parejas un comentario algo desestabilizador. Ese año se popularizó esta mecánica, pues muchos usuarios subieron tuits a X en los que decían a los internautas que a cambio de entre 5 y 10 dólares pagados a través de Venmo, escribirían a sus ex parejas mensajes como "Podrías hacerlo mejor" en el caso de que se trata de selfies con sus nuevos intereses románticos, o incluso frases algo más dañinas.

Desde vídeos en TikTok en los que con la finalidad de poder operarse el pecho, una internauta enviará al ex de quien pague una imagen de un test de embarazo positivo, hasta quienes a cambio de determinada cantidad económica, mandarán un mensaje privado a sus parejas para saber si serían capaces de serles infieles, esta dinámica de venganza 3.0 está más extendida de lo que podría parecer. 

Imagen de 'Las alas de la ambición'
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Sí: de repente, la clásica mecánica de las bromas de programa radiofónico matutino (esas que antes no veíamos tóxicas y que ahora, comprendemos que lo son) se han convertido en una pequeña fuente de ingresos en clave digital, aunque lo que hay que preguntarse es si esta mecánica es tóxica y puede ser incluso un caso de ciberacoso, pues existen numerosos casos en los que tras haber sido las ex parejas bloqueadas en diversas redes sociales, han tomado Venmo como una aplicación mediante la cual seguir en contacto a través de pagos económicos acompañados de mensajes.

Si apuestas por el contacto cero con tu ex, no olvides las app de reparto de gastos

De hecho, cuando tras una ruptura se pone en marcha la operación destinada a abrazar el contacto cero, por lo que se procede a borrar o bloquear a la ex pareja en todas las redes sociales, son las financieras las que se tienden a olvidar. En el caso de Venmo, que es la que se emplea para poner en marcha estas operaciones de venganza online, hablamos de una de las más dañinas, pues muchas personas la emplean para vigilar lo que su pasado sentimental hace y con quién. Hay quienes gracias a la app han descubierto que sus citas estaban viendo a varias personas a la vez y que quienes aseguraban no haber quedado jamás con determinada persona, en realidad acababan de cenar en un mexicano la semana pasada.

A diferencia de Splitwise, Venmo permite que de forma pública todo el mundo observe los movimientos financieros de los demás (que suelen acompañarse además de emojis que en ocasiones, pueden resultar especialmente reveladores), por lo que genera una mayor ansiedad para quien no esté gestionando bien el duelo. En realidad, parece que las finanzas son aliadas para la venganza y grandes chivatas…

¿Broma o violencia digital?

Hay quien tilda estas prácticas veladas como "inocentes bromas" claros casos de ciberacoso, que en el caso de que no se identifiquen y frenen a tiempo, pueden conducir a la manifestación de ansiedad, inseguridad y baja autoestima, que es precisamente lo que quienes desean que sus ex parejas se encuentren con mensajes de desaprobación buscan: una nueva puñalada al amor propio. Sin embargo, Cowalski quiere aclarar a Mujer.es no sólo cómo tuvo la idea, sino que jamás deseó que sus comentarios tuvieran repercusión alguna negativa.

Mi finalidad no era herir los sentimientos de nadie

"Estaba en una habitación de hotel en México sin un duro en el banco intentando ver cómo poder comer algo y se me ocurrió esta idea. Por ello, el tuit no sólo me sirvió para pagar el alquiler ese mes, sino también para comprarme unos buenos tacos", dice Cowalski, que quiere recalcar que habría rechazado las propuestas de quienes pidieran que dijeran a sus exes cosas más hirientes. "Mi finalidad no era herir los sentimientos de nadie", señala.

Las chicas humilladas están recibiendo su castigo por no encajar en los roles de género hegemónicos impuestos

Sin embargo Sara Céspedes, trabajadora social especializada en violencias machistas, cree que su objetivo no es otro que la humillación. "Por si fuera poco, lo hace desde el ecosistema digital, donde se cuecen los discursos y las ideas más machistas como respuesta a los logros de los feminismos. La lectura que hago sobre esto es que esas chicas que han sido humilladas están recibiendo su castigo por no encajar en los roles de género hegemónicos impuestos; no han sido buenas parejas y por eso se merecen un castigo en forma de insulto o humillación por parte de un desconocido. Creo que recibir mensajes humillantes de esta forma tan gratuita puede afectar y dejar unas cicatrices emocionales considerables", explica.

Imagen de 'Las alas de la ambición'
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Céspedes señala que este caso le hace pensar en Tiziana Cantone, cuyo exnovio difundió un vídeo de contenido sexual protagonizado por ella que se viralizó, entre otras cosas, por una frase que dice en el documento audiovisual. Sus palabras fueron empleadas como 'merchandising' e incluso parodiadas por unos jugadores de fútbol. "Ella intentó por todos los medios que se eliminara ese vídeo de la red. Se marchó de su ciudad y estaba en trámites para cambiarse de nombre, pero no fue suficiente. Se suicidó con 31 años" comenta.

El humor basado en el menosprecio a alguien nos invita a reírnos sin que seamos conscientes de que estar siendo cómplices 

Ana Lucas, directora de Psico-Salud, señala que en muchas ocasiones, el humor que se basa en el menosprecio a una persona nos invita a reírnos sin que seamos del todo conscientes de que, a través de nuestra risa, estamos siendo cómplices del mismo. "Las redes sociales están llenas de contenidos supuestamente basados en el humor que no tienen ninguna gracia y que esconden un menosprecio hacia una persona que no debería provocar ningún tipo de risa. Es más, este tipo de contenidos se comparten y corren como la pólvora y pueden ser muy dañinos para quien los recibe. Para parar estos comportamientos, los psicólogos trabajamos la seguridad y la autonomía del individuo para que no caiga en comportamientos de grupo. A veces es más fácil reírse de un chiste sobre una persona que reaccionar apoyando a la persona ofendida y poner en evidencia al que ofende", asegura.

La psicóloga cree que el caso que hoy nos ocupa es sin duda un ejemplo de acoso que hay que denunciar, pues las redes sociales son una herramienta de comunicación muy potente que pueden hacer un inmenso daño si se utilizan para ofender o menospreciar a una persona. 

Estas conductas pueden gener indefensión, culpa, vergüenza, bloqueo o miedo

"Cuando se utilizan así, el daño que provocan no es ni digital, ni ficticio, sino real, pues afecta a una persona de forma muy directa. Los psicólogos hemos visto en la práctica profesional diaria cómo este tipo de conductas pueden afectar a las personas que los sufren, generando indefensión, culpa, vergüenza, bloqueo o miedo. Esto les influye en la imagen que tienen de ellos mismos y su seguridad y autoestima se ven mermadas, de forma que les puede afectar al resto de ámbitos de su vida cotidiana e incluso puede afectar a su entorno familiar", explica la psicóloga, que recuerda también que ante este tipo de conductas, es importante no ser cómplices del acoso.

"En los centros educativos y laborales ya existen protocolos de actuación ante casos de todo tipo de acoso a una persona. No debemos permitir, ni como individuos ni como sociedad, que se propaguen. A las personas que los sufren hay que transmitir un mensaje de confianza y seguridad en el entorno y si la situación les sigue afectando, luchar para que puedan acudir a los profesionales de la psicología como ayuda para reparar los efectos emocionales negativos que provocan", asegura.

La venganza post ruptura

Pero, ¿por qué es tan habitual que tras una ruptura, la sed de venganza emerja? Responde la sexóloga Mariona Gaborra. "Son muchas las emociones al dejar una relación, y si hay infidelidades de por medio, es bastante habitual que haya sed de venganza. Sin embargo, es fundamental recordar que no ayuda en ningún caso. Lo que indica es que se trata de algo que no has gestionado y que te sigue afectando. La venganza viene de la rabia de la ira o del sentimiento de injusticia; es una emoción negativa que nos daña. No nos va a ayudar a resolver nada”, asegura. 

"Cuando se intenta herir la autoestima del ex es porque se está intentando, por un lado, que le cueste más encontrar pareja, ya que cuando la autoestima es débil, afectará a su forma de relacionarse con los demás. Es también una forma de autoconvencerse de que esa persona no tiene las cualidades que tanto admirábamos antes", dice.

El acoso en Internet se ha consolidado como una forma para intimidar, infundir miedo y censurar

Hemos de subrayar el hecho de que el potencial de libertad, información y avances de Internet ha comportado a su vez la normalización de diversas violencias que hacen hostiles para las comunidades con mayor riesgo de exclusión los espacios digitales. "El acoso en Internet, especialmente mediante amenazas en las redes sociales, se ha consolidado como una forma para intimidar, infundir miedo y censurar", señala Laia Serra Perelló en el informe 'Discurso de incitación al odio: Análisis desde los derechos humanos y pautas interpretativas'.

Lamentablemente, se vuelve a reactivar la mecánica de enviar dinero a un internauta para dejar comentarios humillantes a las ex parejas. Cada vez que estas ideas se viralizan, se normaliza el acoso desde la esfera digital, teniendo este fenómeno cataclísmico múltiples réplicas destinadas a que se repita una y otra vez la operación sin recordar que cualquier experiencia de acoso contra una persona puede tener unos efectos duraderos sobre el bienestar emocional. Cuando las risas son a costa de otra persona y de su salud mental, no hablamos ya de bromas, sino de acoso, y lo esencial es que sepamos identificarlo, no ser cómplices de él y denunciarlo.

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