¿Qué pasa si como sushi y estoy lactando? Hablamos con un experto

Si eliminaste el pescado crudo de tu dieta mientras estabas embarazada, esto es lo que debes saber sobre si es seguro volver a incluirlo en el menú ahora que ha nacido el bebé y estás amamantando. 
Sushi
Comer pescado crudo durante la lactancia puede ser beneficioso si se hace con medida
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Comer pescado crudo durante el amamantamiento es un tema que despierta curiosidad en muchas madres españolas amantes de esta delicia culinaria japonesa. La buena noticia es que, con ciertas precauciones, es posible disfrutar de este alimento sin poner en riesgo tu salud o la de tu bebé, así lo afirma una experta. 

Pilar Esquer Tomás, especialista en Nutrición y Dietética y miembro de Top Doctors cuenta a Mujer.es si realmente se puede consumir el sushi durante la lactancia y por qué. La que actualmente también dirige su Clínica de Nutrición en Castellón de la Plana, señala los pescados más beneficiosos para ingerir si estás dando el pecho. 

¿Se puede comer pescado crudo en la lactancia?

Los expertos coinciden en que el sushi puede formar parte de la dieta de una madre lactante, siempre que se consuma con moderación y se elijan opciones bajas en mercurio. Lo cierto es que tal y como afirma Pilar, el pescado es una fuente excelente de proteínas magras, ácidos grasos omega-3 y micronutrientes esenciales como las vitaminas D y B12, "todos importantes tanto para la madre como para el desarrollo del bebé".

Esto no quiere decir que no haya que tomar precauciones a la hora de incluirlo en la dieta durante la lactancia. La nutricionista recomienda asegurar que el pescado sea fresco y de alta calidad, y "limitar el consumo a no más de dos porciones a la semana", añade. 

En resumen, disfrutar del sushi durante la lactancia es posible, siempre que se sigan estas recomendaciones para minimizar cualquier riesgo potencial. La experta destaca consultar siempre con un profesional de la salud si se tienen dudas específicas sobre la dieta durante la lactancia.

¿Qué riesgos tiene comer pescado crudo si estoy dando el pecho?

Madre controlando la temperatura de su hija enferma
La ingesta de sushi puede provocar anisakiasis
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La especialista apunta que también existen riesgos asociados al consumo de pescado crudo particularmente "relacionados con la contaminación bacteriana y parasitaria, que deben ser considerados, especialmente por madres lactantes".

Se llaman "toxoinfecciones alimentarias" y la médico afirma que pueden ser causadas por bacterias, virus, parásitos o toxinas presentes en los alimentos no manipulados o preparados adecuadamente. En este escenario el pescado crudo presenta varios riesgos para la salud, "debido a patógenos como Anisakis, que pueden provocar anisakiasis", explica. 

La anisakiasis es una afección que afecta principalmente al tracto gastrointestinal, así que en el caso de que la madre lactante tenga un sistema inmunológico debilitado o comprometido, o su salud es frágil, las infecciones pueden ser más graves y difíciles de tratar.

Para evitar padecer esta enfermedad, la dietista señala algunas pautas seguras de manipulación y preparación de alimentos que debes seguir:

  • Asegurar la frescura del pescado
  • Conocer su procedencia
  • Evitar el consumo de pescados con alto contenido de mercurio
  • Optar por alimentos bien cocidos en lugar de crudos 

¿Qué hace el mercurio en la leche materna?

Los anticuerpos contra la Covid-19 pueden pasar a los hijos a través de la leche materna
El mercurio puede llegar a la leche materna
20M EP

Un estudio reveló que más del 80% de la leche materna tiene arsénico y mercurio, y concluyó con que dada la vulnerabilidad del lactante y muy especialmente de bebés prematuros hospitalizados que reciben leche del banco, sería necesario monitorizar de forma rutinaria la presencia de estos tóxicos ambientales en la leche y dar recomendaciones sobre hábitos saludables a las madres donantes.

La miembro de Top Doctors nos dice que la principal fuente de exposición al metilmercurio (una forma tóxica de mercurio), proviene del consumo de pescado y mariscos que salen de aguas contaminadas. Y es que desde su punto de vista, "aunque la acuicultura generalmente se considera más segura, todavía existe el riesgo de exposición al metilmercurio". 

Por ejemplo, cuando consumimos pescado o mariscos, nuestro cuerpo absorbe fácilmente y en gran cantidad el metilmercurio presente en el pescado. Una vez dentro, este compuesto viaja a través de la sangre y se distribuye por todo el cuerpo, incluyendo el cerebro, y, si estás embarazada, "puede cruzar la placenta y llegar al feto", añade Pilar. 

La dietista considera importante saber que este mercurio no se elimina rápidamente; puede permanecer en el organismo entre 44 y 80 días antes de comenzar a ser excretado, principalmente a través de las heces y, en menor medida, por el cabello y la orina. La presencia de mercurio en la leche materna es una preocupación legítima, especialmente porque "el sistema nervioso en desarrollo de los lactantes es particularmente sensible a los efectos del metilmercurio", confirma.

Otro estudio reveló que la exposición del niño al metilmercurio es mucho mayor antes del nacimiento que durante la lactancia. La exposición de los bebés al MeHg también puede ocurrir después del nacimiento a través de la leche materna, dependiendo de las concentraciones plasmáticas de MeHg de la madre. 

Por otro lado, la especialista afirma que los efectos de la exposición al metilmercurio pueden variar ampliamente: desde sutiles retrasos en el desarrollo cognitivo y motor hasta condiciones más graves como la parálisis cerebral, "dependiendo de la cantidad de mercurio a la que estuvo expuesta la madre durante el embarazo y el periodo de lactancia".

Además, destaca ciertos factores pueden influir en cómo el cuerpo humano maneja el metilmercurio una vez ha entrado en el organismo:  

  • Los antibióticos pueden disminuir la cantidad de MeHg que expulsamos en las heces
  • Una dieta alta en fibra puede ayudar a aumentarla.

¿Qué tipo de pescados puedo comer en la lactancia?

Boquerones rebozados listos para hornear.
Boquerones rebozados listos para hornear.
Raffaella Galvani / iStockphoto

Los peces más propensos a tener altos niveles de metilmercurio son los grandes depredadores, debido a la bioacumulación a lo largo de la cadena alimenticia. Algunos ejemplos incluyen el pez espada (emperador) , el tiburón (cazón, marrajo, mielgas, pintarroja y tintorera) el atún rojo , el marlín y el lucio.

Para las madres lactantes preocupadas por el mercurio estas son algunas  de las opciones según la experta:  

  • Abadejo
  • Anchoa
  • Boquerón
  • Arenque
  • Bacalao
  • Bacaladilla
  • Berberecho
  • Caballa
  • Calamar
  • Cangrejo
  • Chipirón
  • Almeja
  • Sepia
  • Dorada
  • Gamba, Langosta, Langostino
  • Lenguado
  • Lubina
  • Mejillón
  • merluza/pescadilla

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