Según el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), España es el segundo país que más alcohol consume en el mundo, con 11 litros por persona en población mayor de 15 años. El porcentaje de hombres es mayor que el de las mujeres, ya que durante el embarazo no pueden tomar alcohol, pero muchas se preguntan si ocurre lo mismo con la lactancia.
Según el National Library of Medicine el alcohol disminuye la producción de leche, y 5 copas o más disminuyen la subida de la leche e interrumpen la lactancia hasta que decrezcan los niveles de alcohol maternos.
Por otro lado, los niveles más altos de alcohol en la leche se producen entre 30 y 60 minutos después de una bebida alcohólica. Amamantar después de 1 ó 2 copas (incluida la cerveza) puede disminuir la ingesta de leche del lactante entre un 20 y un 23%. Entonces, ¿cuánto se debe esperar para dar el pecho después de beber?
Cuántas horas tienen que transcurrir para dar el pecho después de beber alcohol
No beber alcohol es la opción más segura durante la lactancia. Aun así, muchos expertos afirman que beber hasta un vaso de alcohol al día no es perjudicial para el lactante.
El tiempo que hay que esperar después de beber alcohol para dar el pecho depende de factores como la cantidad y la rapidez con la que se haya bebido. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se debe esperar de dos a tres horas después de una sola copa.
Tal y como se ha dicho anteriormente el alcohol disminuye la producción de leche y la presencia de alcohol en ella hace que los bebés tomen aproximadamente un 20% menos de leche materna. Es decir, si decides tomar alcohol, asegúrate de que haya desparecido por completo.
Qué ocurre si el bebé toma leche materna con alcohol
En el caso de que no haya pasado el debido tiempo para limpiar el organismo de cualquier resto de alcohol, el bebé puede enfrentarse a múltiples riesgos.
Tomar alcohol y dar el pecho supone daños a corto plazo para los lactantes, ya que pueden tener problemas para dormir, lo que aumenta su agitación, y un aumento del llanto, letargo, náuseas, y vómitos.
Esto se debe a que los recién nacidos tienen un hígado inmaduro que no puede metabolizar el alcohol. Algunas de las consecuencias a largo plazo pueden ser retraso en el desarrollo, alteración de la función inmunitaria, debilidad y menor aumento de peso.
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