Durante el embarazo, hay varios productos que se recomienda no consumir, como el pescado crudo, el queso no pasteurizado o el huevo crudo. Sin embargo, de lo que vamos a hablar hoy es de uno que nos gusta mucho en España: evitar el jamón.
La recomendación de evitar el jamón, especialmente el curado o crudo (como el jamón serrano, 'prosciutto', o jamón ibérico) durante el embarazo, se debe principalmente al riesgo de listeriosis, una infección causada por la bacteria Listeria monocytogenes. Esta bacteria puede estar presente en alimentos crudos o poco cocidos, y el jamón curado es particularmente susceptible debido a su proceso de elaboración y conservación, que no incluye un calentamiento que pueda matar a la bacteria.
Listeriosis en el embarazo
La listeriosis es especialmente preocupante durante el embarazo porque puede cruzar la placenta y afectar al feto, lo que puede llevar a complicaciones graves como aborto espontáneo, parto prematuro, infección neonatal grave e incluso la muerte del recién nacido.
El número de afectados por listeriosis aumenta cada año en la Unión Europea, superando actualmente los 2.000 casos anuales, de los cuales, más del 90 % necesita tratamiento hospitalario, en su forma invasiva, con una tasa de mortalidad del 15,6 %, según explican desde la sección de Salud del portal de la Comunidad de Madrid.
Y es que "el grupo de población más afectado es el de las personas mayores de 64 años, siendo también grupos de alto riesgo las mujeres embarazadas, las personas inmunodeprimidas y los lactantes", explican.
Jamón, sí o no, durante el embarazo
Nos ha quedado claro que puede ser peligroso. Sin embargo, ¿es así en todos los casos? ¿Se puede en algún caso comer jamón durante el embarazo?
"Aquellos que al menos hayan pasado por 18 meses de curación y cumpla todos los controles de calidad y seguridad, ya que de no ser asi podríamos tener riesgo de sufrir dos enfermedades, la toxoplasmosis y la listeria que, si se dan en el embarazo, pueden resultar muy graves para el feto y la futura mamá", explica Leyre López-Iranzu, nutricionista de Clínica FEMM.
Por ello, durante el embarazo, la experta recomienda evitar comer carne cruda, o carne poco cocinada: "Solo aquellas carnes bien cocinadas o que hayan pasado por un proceso térmico, denominado pasteurización".
La nutricionista insiste en que la seguridad depende del tipo de jamón y de cómo se haya procesado, por lo que se recomienda consultar con un profesional de la salud para obtener orientación personalizada antes de incluirlo en la dieta durante el embarazo.
"De todos modos, si no sabemos de manera segura si es de un sitio de confianza, ha pasado todos los controles y tenemos dudas, mejor no consumirlo así evitamos cualquier duda que pueda tener consecuencias graves", sentencia.
¿Quieres recibir gratis todos los jueves en tu correo los mejores contenidos de belleza, moda y estilo de vida? Apúntate a nuestra Newsletter.
Comentarios