Estos son los auténticos riesgos de hacerte una radiografía estando embarazada

Ante la llegada de un bebé, surgen todo tipo de cuestiones acerca de lo que se debe o no hacer para preservar la salud del feto. Respecto al diagnóstico por imagen, la radiación que se recibe es muy baja, pero no existe el riesgo cero.

Imagen de archivo de una embarazada.
Los riesgos de hacerte una radiografía estando embarazada.
PIXABAY
Imagen de archivo de una embarazada.

¿Está usted o cree que puede estar embarazada? Los carteles son muy visibles siempre que acudimos a hacernos una radiografía. En ellos no solo nos cuestionan, también nos recuerdan que esta prueba diagnóstica supone un riesgo para el feto y que lo mejor es hacérselo a saber al equipo que se encarga de realizarla, pero ¿cuáles son los riesgos?

Una radiografía es una prueba rápida e indolora que se realiza para poder tener una imagen de las estructuras internas del cuerpo, principalmente los huesos. Los haces de rayos X atraviesan el cuerpo y, en función de la densidad de los materiales que atraviesan, se absorbe una cantidad u otra. Por eso los huesos se ven en color blanco, la grasa y los músculos en gris y el aire en negro.

¿Existe riesgo para el bebé?

Mujer embarazada practicando ejercicio.
Los riesgos de hacerse una radiografía estando embarazada.
Pexels

No es recomendable someterse a este tipo de pruebas si se puede estar embarazada, aunque está demostrado que la cantidad de exposición a rayos X para provocar consecuencias tiene que ser muy elevada, lo mejor es no correr riesgos innecesarios. Una exposición a una dosis alta de radiación en las dos primeras semanas del embarazo puede provocar alteraciones visuales, retrasos del crecimiento e incluso lesiones de mayor gravedad o la pérdida del feto.

Si la exposición se produce entre dos y ocho semanas después de concebir, aumenta el riesgo de restricción del crecimiento y puede provocar defectos de nacimiento. Entre las semanas ocho y 16, aumenta la posibilidad de discapacidad en el aprendizaje o intelectual.

Esta es una situación inusual porque, en general, una sola prueba de este tipo no supone la dosis necesaria para causar daños. La dosis estándar de una radiografía es mucho menor que la que podría suponer complicaciones en el embarazo. A pesar de todo, lo mejor es siempre no arriesgar, evitar los daños es la mejor manera de cuidarse y también al bebé.

Lo mejor es consultar con los profesionales cualquier duda que se pueda tener, porque hay ocasiones en las que la prueba puede ser sustituida por otra, como una ecografía, o se puede realizar de tal manera que los riesgos para el bebé sean aún menores, por ejemplo, colocándole a la mujer un delantal de plomo que aumente la protección frente a una dispersión radioactiva.

Esta es la táctica habitual a la que se recurre en caso de necesitar hacer una radiografía de zonas que no son el abdomen, como las radiografías dentales, las de tórax o las de piernas, por ejemplo.

Así, se puede afirmar que la cantidad de daño depende de la edad gestacional, pero también de la cantidad de exposición a la radiación. El riesgo será mayor cuantas más radiografías se haga la madre, por lo que conviene asegurarse de que no hay riesgo de embarazo antes de someterse a este prueba. 

Referencias

Radiografía: Estudio de diagnóstico por imágenes que ayuda a diagnosticar con rapidez - Mayo Clinic. (2022, 11 febrero). https://www.mayoclinic.org/es-es/tests-procedures/x-ray/about/pac-20395303

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