El origen de los apellidos en España: de la antigua Roma hasta hoy

Algunos apellidos se pueden vincular a las raíces de la antigua nobleza
Algunos apellidos se pueden vincular a las raíces de la antigua nobleza
Getty Images/iStockphoto
Algunos apellidos se pueden vincular a las raíces de la antigua nobleza

La palabra "apellido" tiene sus raíces en el latín, proviniendo del verbo "appellitare", que significa llamar repetidamente. Esta formación lingüística se compone del prefijo "ad-" (hacia) y el verbo "pellitare" (frecuentativo de "pellere", que significa empujar o poner en movimiento). 

Así, la palabra apellido podría interpretarse como "llamar repetidamente", pero también se traduce como "cognomino", derivado del latín "cognomen", que hace referencia a la raíz o procedencia familiar de un individuo.

Los nombres en la antigua Roma

En la antigua Roma, los hombres tenían tres elementos en su nombre, conocidos como "tria nomina": el "Praenomen" (nombre individual), el "Nomen" o "Nomen Gentilicicium" (nombre de linaje) y el "Cognomen" (nombre derivado del padre). 

A pesar de estas reglas, el uso de apellidos tal como los conocemos hoy surgió en la Edad Media, específicamente en los siglos X y XI. Durante la Antigüedad, en comunidades más pequeñas, las personas se conocían por nombres individuales, pero con el crecimiento de las ciudades, surgió la necesidad de distinguir a individuos que tenían nombres similares.

En el siglo XII, las casas reales adoptaron apellidos familiares que se asociaban con escudos heráldicos. Sin embargo, para la población general, la herencia de apellidos familiares no fue común hasta el siglo XV. En el siglo XVII, los aristócratas extendieron sus apellidos fusionando los de sus padres, utilizando la conjunción "y". A partir del siglo XIX, con la creación del Registro Civil en España en 1857, todos los ciudadanos fueron registrados con dos apellidos, provenientes del padre y la madre, estableciendo la norma actual en el país.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento