Por qué no existen habitaciones con el número 4 y 9 en los hospitales de Japón

El primer puesto y de manera destacada es para la capital japonesa. Tokio suma 37,7 millones de habitantes.
Tokio, Japón.
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El primer puesto y de manera destacada es para la capital japonesa. Tokio suma 37,7 millones de habitantes.

En el tejido de las creencias que impregnan las culturas, Japón presenta particularidades notables. Si bien es un país avanzado, las raíces de sus supersticiones son profundas, y una de las manifestaciones más curiosas de estas creencias se refleja en los hospitales y en otras edificaciones que omiten los pisos 4 y 9.

No es casualidad. Se trata de un gesto simbólico arraigado en el profundo respeto y, en cierta medida, en el temor hacia la muerte. ¿A qué se debe esto? Básicamente, a que la pronunciación del número 4 es fonéticamente idéntica a la de la palabra "muerte", y la del 9, se asemeja a la del término "dolor".

Los motivos de la fobia en Japón a estos números

Por esta razón, estos números suelen ser sistemáticamente excluidos de los hospitales. Y la lógica que fundamenta esta acción es la creencia de que tener estos números en lugares destinados a la cura y tratamiento de enfermedades es un mal presagio.

Sin embargo, la aversión a estos números trasciende los límites de los hospitales. También se extiende a aparcamientos y hoteles, donde el número 4 es evitado, ya que se toma como un número de mala suerte.

Y a la lista de supersticiones en hospitales también se suman el número 42 y el 43. El primero (42) porque su pronunciación suena muy similar a la de la expresión "preparado para morir"; y el segundo (43) porque se asemeja a la pronunciación de "parto muerto" o "nacimiento muerto".

La superstición también se extiende a la vida cotidiana

La superstición en torno a los números no es exclusiva de Japón, ya que se comparte en varias culturas asiáticas, incluyendo China, Corea, Vietnam y Taiwán. Pero en Japón versa sobre todo en el número 4 y a menudo también sobre el 9. Lo curioso es que esta aversión se ha extendido a la vida cotidiana.

Se manifiesta también en la elección de nombres y en la práctica de dar regalos. Las familias evitan nombrar a sus hijos con un nombre de fonética similar a la del número 4 o regalar cuatro cosas, considerándolo un mal augurio.

Otras creencias japonesas

Las creencias niponas no se limitan a los números. Una práctica común después de un funeral es arrojar sal sobre el hombro, un gesto destinado a limpiar la mala fortuna adquirida durante el evento.

Otra práctica que se evita es la orientación de la cabeza al norte al dormir, pues se considera un signo de mala suerte y una presunta abreviación de la vida, que está relacionada con rituales fúnebres budistas donde la almohada del fallecido se coloca orientada al norte.

Además, hay una peculiar superstición relacionada con la comida: no clavar palillos en el arroz.

El gesto es considerado ofensivo y de mala educación, también lo es en China, ya que significa desear la muerte de un comensal, creencia asociada a la costumbre de clavar palillos en los cuencos de arroz que se colocan en ceremonias fúnebres.

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