Un hombre de 67 años de Kawaguchi (prefectura de Saitama, Japón) ha sido detenido después de haber llamado un total de 2.060 veces por teléfono a la Policía para gritarles e insultarles, lo cual constituía un delito de obstrucción a la labor policial.

Según las autoridades de Saitama, durante 9 días estuvieron recibiendo llamadas abusivas de un hombre que les gritaba, les decía que debían ser despedidos y les llamaba "grandes imbéciles" y "ladrones de impuestos".

Fueron 2.060 llamadas realizadas entre el 30 de septiembre y el 8 de octubre, lo cual supone una media de una llamada cada seis minutos y más de 27 horas de conexión telefónica.

Finalmente, tras investigar el origen de las llamadas, este vecino de Kawaguchi fue detenido el 28 de noviembre y admitió los cargos. "Sabía que la policía vendría a por mí algún día", declaró, según los medios japoneses.

Aunque se desconoce el motivo de sus constantes llamadas, la Policía sostiene que es probable que llevara años haciendo esto, pero lo intensificó en los últimos meses.