David Zinn es un experimentado artista callejero que cada vez se está dando más a conocer en redes sociales, pero que lleva más de 30 años trabajando como ilustrador y especializándose en dibujar con tiza en la calle. 

Comenzó su trabajo en 1987 en las calles de Míchigan y mientras trabajaba como artista independiente para firmas comerciales, ha ido creando su portafolio en las calles de la ciudad estadounidense. 

Con un maletín repleto de tizas de todos los colores y formas, consigue darle vida a sus cientos de personajes con una técnica llamada "anamorfosis paraeidólica" que permite, si te pones en la posición correcta, que los dibujos formen parte de la acera. 

"He encontrado un territorio único al dibujar en la calzada por varias razones, una de ellas es que hay una ventana corta de oportunidad para crear algo y tienes que lanzarte cuando llega", comentó en 2014 al medio VideoVision.

Aprovecha los recovecos, las imperfecciones o las roturas más normales y les da vida. "He trabajado muy duro para que mis personajes parezcan absolutamente reales desde un punto de vista especifico", ha confesado: "Parece que están andando por la calle o mirando desde una esquina".

Es especialista en generar adorables monstruos o animales a los que lleva más de una década escribiendo pequeñas minihistorias en su cuenta de Instagram. "Es una experiencia única para mí porque el arte no se queda dentro de un cuadro, sino que interactúa con el entorno", relató. 

Las piezas efímeras decoran las calles de Míchigan, pero también han volado por todo el mundo en su larga carrera: Manhattan, Suecia o Taiwán son algunos de los lugares donde ha dejado plasmado sus pequeñas obras de arte. 

Para Zinn, su trabajo reinventa las ideas que muchos tienen sobre la creatividad: "Muchos piensan que solo unos pocos pueden hacer arte, con herramientas muy caras, en espacios muy íntimos, para ser consumidas en galerías o museos, pero sabíamos dibujar con ceras antes de aprender a leer y no estoy avergüenzado de esta forma".