A sus 28 años el pasatiempo preferido de Chelsey Brown es comprar objetos, cartas o fotos viejas en mercadillos de Nueva York y rastrear sus historias hasta dar con los descendientes de a quienes pertenecieron esos objetos, para acabar por devolverles las reliquias de su familia. 

Pero con su última adquisición, un álbum de fotos familiar lleno de instantáneas de unas vacaciones de verano de 1927, se llevó una gran sorpresa: los que aparecían en las imágenes eran familiares suyos de Reino Unido. 

En el álbum apenas había pistas, más allá del lugar donde se hicieron las fotos y algunos nombres de pila. 

Así que Chelsey pidió ayuda a su padre, un genealogista, que la ayudó a rastrear. Por fin encontraron una coincidencia increíble en un censo de 1930, que reveló que los que aparecían en las fotos eran sus parientes lejanos, lo que les ayudó a vincularse con los primos lejanos de Chelsey.

"Rastreé el álbum hace unas semanas usando registros del censo y vi que el miembro de la familia al que le estaba devolviendo el álbum tenía un ADN similar en común", contaba en su TikTok Chelsey.

La joven diseñadora de interiores descubrió que el hombre que hizo el álbum era hijo de algunas de las personas de las fotos, pero había muerto en 2003. Aún así pudo devolver el álbum a una prima lejana. 

Chelsey asegura que ha devuelto alrededor de 200 antigüedades al miembro vivo más cercano de cada familia después de rastrearles con éxito.