Fue a Daenerys Targaryen, personaje de la saga Canción de Hielo y fuego, popularizada por la serie Juego de Tronos, a quien se le dio el título de "Rompedora de cadenas". Pero antes que ella ya hubo una rubia que mereció tal titulo y no fue otra que Marilyn Monroe. 

La actriz, que falleció en 1962 a los 36 años rompió sus propias cadenas y se liberó para hacer lo que quiso y mostrarse como le dio la gana hace ya más de 60 años, en pleno puritanismo. 

Hoy en día su figura sigue luchando contra los mismos tapujos que en los años sesenta. Esta vez es una estatua de ella, con icónica pose del vestido revoloteando de la película La tentación vive arriba, la que está causando polémica. 

La obra de arte, de ocho metros de altura y llamada Forever Marilyn, se ha instalado en el exterior del Museo de Arte de Palm Springs (California) después de que fuera retirada hace siete años de la propia ciudad, donde estuvo dos años siendo una gran atracción turística. 

Ahora han surgido voces críticas que acusan a la obra de obscenidad, sexismo e incluso de atentado urbanístico. 

Hay quien se queja de que los estudiantes jóvenes que acudan al museo tendrán que verle el trasero a Marylin (la estatua muestra parte de la ropa interior), lo que se ha considerado inapropiado por algunas personas. 

Otros han considerado que fomenta el upskirting (tomar fotos bajo el vestido o la falda de una mujer sin permiso) y por extensión, el comportamiento depredador sexual. 

Por último están las que critican la estatua por supuestamente ir en contra de los códigos urbanísticos de la ciudad y las pautas de planificación de carreteras y autopistas. 

Sea como fuere lo cierto es que es una obra de arte que no es explícita y que está en un museo de arte moderno y que es una de las obras más fotografiadas y admiradas de la exposición.