Con el frío nos gana la cuchara. Con este tiempo desapacible nos apetece más estar en casa y cocinar cosas bien calentitas. Por eso resulta tan reconfortante un plato de cuchara. En España, en invierno, nos apuntamos a las legumbres con su caldito, pero también a las sopas, los consomé, los purés y las cremas.
Con las verduras, esas que hay que poner en nuestra dieta todos los días en alguna de sus versiones, solemos hacer purés, pero también podemos optar por las cremas. Es una preparación culinaria que se obtiene al mezclarlas con ingredientes líquidos, habitualmente leche o nata. La crema tiene una textura más densa que la sopa, pero menos que el puré.
Esta vez usaremos tomates: esos que han quedado blandos, casi pochos, que ya no tienen entereza y textura para hacer ensalada. Con ellos vamos a hacer una rica crema.
Ingredientes
- Tomate (600 gr)
- Tomate concentrado (80 gr)
- Nata líquida (100 ml)
- Cebolla (media)
- Ajo (1 diente)
- Caldo de verduras (500 ml)
- Hierbas provenzales
- Aceite de oliva
- Sal
- Azúcar
OPCIONAL: albahaca o aceitunas negras
Cómo se hace la crema de tomate
1- Quitamos la piel a los tomates (si es necesario los escaldamos en agua caliente) y los picamos bien. Reservamos.
2- Cortamos la cebolla y el diente de ajo, y en una sartén con un poco aceite de oliva lo sofreímos 3 minutos.
3- Añadimos los tomates cortados.
4- A los 5 minutos, echamos el tomate concentrado, una pizca de sal, otra de azúcar y las hierbas provenzales (mejor un atadillo de ellas).
5- Un par de minutos después, añadimos el caldo. Lo dejamos a fuego más bien bajo durante 15 minutos.
6- Incorporamos la nata y removemos.
7- Pasados 3 minutos, trituramos todo hasta conseguir la textura deseada.
8- Servimos y a comer.
OPCIONAL: ponemos en cada plato una hoja de albahaca o unas aceitunas negras cortadas en rodajas finas.
Propiedades del tomate
Se trata de un alimento de lo más nutritivo ya que tiene una alta cantidad de vitamina C y folato, además de aportar licopeno, un pigmento con antioxidantes que ayuda a prevenir el cáncer. Consumir frecuentemente tomate, ayuda a controlar la presión arterial alta. También con el colesterol alto.
Además, el tomate contiene hierro y vitamina K, que ayuda a prevenir la calcificación de los vasos, mejorar la salud de los huesos y reforzar los sistemas de reparación de tejidos. Por eso es muy recomendable consumir tomate para un envejecimiento saludable en términos de articulaciones, salud cardiovascular y depuración del organismo.
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