Hay frutas que parecen diseñadas por la mano del hombre, por increibles. Es el caso del frutipán o fruta del pan, que científicamente se llama Artocarpus altilis. Pero tiene más: le dicen árbol del mazapán en Centroamérica, frutapán en el Caribe, pan de pobre en Venezuela, pan de dios en el norte de Colombia, buenpán en República Dominicana, kuru en maorí, ulu en Samoa o rimas en Filipinas (en España no, no se cultiva).
El frutipán es el fruto del árbol del pan y sí, tiene un sabor similar al pan. Originario de Oceanía, tiene un tamaño de entre 9 a 45 centímetros de largo y un peso de entre 250 gramos y 6 kilos.
Hoy en día se cultiva en todo el Pacífico y el sureste asiático, además del Caribe y América central, a donde fue llevado por los europeos en el siglo XVIII. Un solo árbol puede producir entre 200 y hasta 700 frutos del pan en un año.
Todas las partes de la planta son utilizadas en la medicina tradicional del Pacífico y del Caribe, especialmente el látex y las hojas. El látex se emplea contra la ciática, la diarrea o la disentería; las raíces son purgativas y maceradas, son utilizadas para usos dermatológicos; y la hoja se usa para reducir la presión sanguínea y contra el asma.
Y los frutos, claro. Tienen formas redondeadas, pueden alcanzar el tamaño de un melón (15-30 cm de diámetro) y pesar más de dos kilos. Lo más significativo de estos frutos es que son muy nutritivos: ricos en carbohidratos (en forma de almidón), fibra y son una buena fuente de vitaminas y minerales. También aportan proteínas y lípidos en cantidades superiores a otros frutos.
Todo son virtudes. En la cocina admite varias preparaciones. El frutipán se puede cocinar asado, frito, a la parrilla, al vapor o al horno. Con esta fruta podemos hacer una especie de patatas fritas, acompañar guisos, platos de carne o al horno en pasteles con un resultado parecido al de la tarta de queso.
Un superalimento
Por si fuera poco, la ciencia ha descubierto que el frutipán es más digestivo y proteico que el pan. Un equipo de investigadores de la Universidad de Columbia Británica ha estudiado el efecto del consumo de harina molida de este fruto en la digestión a partir de experimentos realizados con ratones.
El fruto del pan es nutritivo y sostenible. Podría contribuir a la sostenibilidad alimentaria de poblaciones de todo el mundo"
"El uso del fruto del pan es nutritivo y sostenible. Podría contribuir a la sostenibilidad alimentaria de muchas poblaciones en todo el mundo", asegura Ying Liu, director del estudio, que se publicó en 2020 en Plos One.
Han visto que la proteína del fruto del pan es más fácil de digerir que la proteína del trigo. Además, los animales alimentados con frutipán tuvieron una tasa de crecimiento y un peso corporal mayores que los ratones que fueron alimentados con una dieta normal.
Según Ying Liu, si comemos al día 189 gramos de fruta del pan cocida, podemos satisfacer casi el 57% de nuestra necesidad diaria de fibra, más del 34% de su requerimiento de proteína. Al tiempo, estaremos consumiendo hierro, calcio, potasio, fósforo y vitamina C.
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