Pocas temporadas han generado tanta expectación como la 2023 en la Fórmula 1. El fichaje de Fernando Alonso por Aston Martin y la madurez de Carlos Sainz en su tercera campaña en Ferrari ha inyectado toneladas de ilusión en la afición española, que se aventura a soñar con gestas propias de otra época y, por qué no, con un título.

Max Verstappen, vigente bicampeón, es el gran favorito para lograr su tercer título consecutivo, pero la batalla se presenta apasionante. Además de su compañero, Checo Pérez, los Ferrari son la gran alternativa, habrá que ver cómo funciona Lewis Hamilton con el Mercedes y Aston Martin presentó su candidatura para ser la escudería revelación en este 2023.

Se espera un año de sorpresas, un curso en el que cualquiera de los veinte pilotos puede subirse al podio al final de la semana, pero entre ellos destaca un grupo de elegidos que peleará por lo más grande, el Mundial.

Los dos pilotos de Red Bull, Verstappen y Pérez, y los de Ferrari, Sainz y Leclerc, vuelven a ser los principales candidatos. Eso sí, nadie puede descartar a Mercedes con el ambicioso Russell y con Hamilton apuntando a su octavo título mundial, ni a los Aston Martin, impulsados hacia la nueva era de la escudería británica gracias a Fernando Alonso y Lance Stroll.

Con una revolucionaria normativa que modificaba por completo el diseño de los monoplazas de la parrilla arrancó la pasada temporada de Fórmula 1. Esa nueva reglamentación buscaba devolver emoción al campeonato, igualando las tornas y garantizando más adelantamientos, pero no salió del todo bien, pues trajo como resultado el problemático 'porpoising'.

Ese rebote en los coches al final de las rectas ha provocado el primer gran cambio en el reglamento de este año, que obliga a las escuderías a colocar a una altura mínima de 15 milímetros su alerón delantero y 10 los laterales exteriores del fondo plano, el principal culpable del 'marsopeo'. A su vez, el difusor también será más alto.
​

Para seguir con el máximo detalle lo que sucede en cada carrera y entender a la perfección que está pasando sobre la pista o en los boxes, lo mejor es conocer ciertos términos característicos de la máxima categoría del automovilismo.

Vuelve el Mundial de Fórmula 1, y eso significa estrés en las oficinas de Pirelli, suministrador único de los neumáticos que utilizan los 20 monoplazas de la parrilla cada fin de semana. Para este curso la compañía italiana ha añadido un compuesto más, por lo que suman ya un total de ocho distintos, un quebradero de cabeza para los equipos, pues estos juegan un papel fundamental en la estrategia de cada carrera.

Este año los equipos de Fórmula 1 contarán con ocho tipos de neumáticos diferentes: Por un lado, están los dos tipos diseñados para condiciones de mojado, tanto los intermedios (de color verde) como los de lluvia (de color azul). Por el otro, los seis tipos de compuestos para asfalto seco, los C0, C1, C2, C3, C4 y C5.

Esa escala numérica ordena los neumáticos de seco desde los más duros (C0), para circuitos con condiciones de mucha degradación, a los más blandos (C5), para trazados más lentos y donde hay menos desgaste.

Durante una temporada de Fórmula 1, decenas de elementos que influyen en el rendimiento de monoplazas y pilotos forman parte de las discusiones y tertulias de ingenieros, profesionales y aficionados. Reglajes, neumáticos, chasis, motor, alerones, aerodinámica... Aspectos fundamentales que sirven para explicar y entender cómo funciona todo, pero que pueden quedar reducidos y simplificados a una cruda realidad: los puntos mandan, los puntos definen al piloto y equipo campeón mundial.

Sin embargo, el sistema de puntuación del Mundial de Fórmula 1 ha ido variando con los años hasta establecer el actual en 2009, y los más despistados podrían verse sorprendidos por la ingente cantidad de puntos a repartir a lo largo de las 23 carreras que componen el campeonato de 2023, sin contar las carreras al sprint o las vueltas rápidas. Por ese motivo, es fundamental plantearse una pregunta: ¿Cómo funciona el sistema de puntuación de la Fórmula 1?

Rectas, curvas, rasantes, cambios en boxes, motores revolucionados y mucha, muchísima velocidad. La fórmula 1 es un espectáculo cinemático donde los halla al cual, sin embargo, Hollywood no le ha prestado toda la atención que debería.

Como saben sus fans, Europa y Latinoamérica son los territorios naturales de la F1, mientras que la industria del cine estadounidense siempre ha escogido darnos el latazo con las carreras NASCAR y otros eventos del motor de por allá. Para remediar esta carencia, nosotros te ofrecemos este informe con películas que huelen a llanta quemada.