Alejandro Valverde refuerza su jersey oro y Gesink se cae del podio

  • Mal día para el renqueante neerlandés, hasta hoy segundo clasificado.
  • El líder controló los intentos de Samuel Sánchez en Navacerrada.
  • Sánchez, Basso, Evans y Mosquera se jugarán el podio en la crono.
Alejandro Valverde, el líder de la Vuelta a España, y Samuel Sánchez en la decimonovena etapa.
Alejandro Valverde, el líder de la Vuelta a España, y Samuel Sánchez en la decimonovena etapa.
Toni Albir/EFE
Alejandro Valverde, el líder de la Vuelta a España, y Samuel Sánchez en la decimonovena etapa.

La ilusión por contemplar todo el ciclismo ofensivo del que ha carecido esta Vuelta a España se concentró más en la bajada que en la subida del último puerto de esta edición, Navacerrada, con su cima a dieciocho kilómetros del final en La Granja de San Ildefonso. La climatología, con un día lluvioso y desapacible, parecía acompañar a tal suposición.

Pero Alejandro Valverde, el jersey oro, no sólo solventó la decimonovena etapa sin excesivos apuros, sino que reforzó su privilegiada posición en la general sumando bonificaciones en el último sprint intermedio del día y en la meta, que cruzó en segunda posición, tras el cántabro Juanjo Cobo. Enorme alegría para el combativo equipo Fuji-Servetto, presente en la Vuelta por un recurso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y que buscó la victoria durante toda la carrera. Al final llegó el premio con su mejor hombre en la general.

Para mayor alegría de Valverde, entre los ocho hombres que encabezaron la etapa, no estaba el segundo del podio hasta hoy: Robert Gesink. El joven neerlandés del Rabobank se despidió del podio al entrar a casi cinco minutos. No se ha podido recuperar de la caída que sufrió camino de Talavera y hoy, en la ascensión a La Morcuera, por su vertiente más tendida y cómoda, la de Rascafría, ya se descolgó. En el descenso se recuperó. Pero el primer aviso estaba dado. En los primeros metros de Navacerrada, allí donde marcaba el ritmo el Euskaltel, Gesink se abrió de patas. Pese a todo, gran vuelta la suya.

Fiel al guión de las últimas jornadas, desde la salida de Ávila se produjeron los primeros ataques en busca de una escapada. Más de la mitad de los equipos de esta Vuelta no han logrado vencer y emergen las prisas. Ante la crono de mañana, en Toledo, y la última etapa, un casi seguro sprint en Madrid, la de hoy era la última oportunidad. Pero la de hoy, con las bonificaciones, pintaba como día para los de arriba. Y así fue: se trabajó para que ninguna fuga, ni tan siquiera la más consistente, que protagonizaron Vorganov (Xacobeo), Riblon (AG2R) y Martin (Garmin), tuviera mínimas opciones.

A los pies del segundo y último ascenso a Navacerrada, justo donde el australiano Cadel Evans volvió a pinchar, el grupo de los favoritos mandaba la carrera. Euskaltel marcó el ritmo lo que duraron Egoi Martínez e Igor Antón y el testigo, ante un extraño movimiento de Samuel Sánchez, lo recogió otro día más el Liquigas. A la altura de El Ventorrillo, el polaco Szmyd impuso un interesante ritmo para su líder, Ivan Basso. Pero en toda la Vuelta el italiano ha sido incapaz de hacerlo bueno y hoy no fue una excepción. El Liquigas fijó una subida a bloque y le hizo el trabajo al Caisse d'Epargne; Valverde, sabedor de que Gesink, segundo en la general, ya perdía más de un minuto, se relamía: menos trabajo que hacer. El murciano sólo marcó a Samuel Sánchez.

Casi en la cima, el asturiano del Euskaltel atacó un par de veces y a las dos respondió Alejandro Valverde. Con el cartel del gran premio de la montaña a la vista, Samuel volvió a tensar con el descenso en la mente. Valverde, sin ninguna fisura, le rebasó e incluso le marcó el camino en el descenso de Navacerrada. Un alarde del murciano en el último punto complicado de la Vuelta. Poco a poco, fueron llegando Mosquera, Evans, Tiralongo, Cobo, Dani Moreno y Basso. A Basso, curioso, la táctica le salió fatal: tu equipo te marca el ritmo, no atacas y encima te cortas al inicio de la bajada con la obligación de darte una pequeña paliza, porque tienes el podio en juego. Difícil de comprender el planteamiento del ciclista transalpino.

Camino de La Granja, para Valverde lo importante era la bonificación, asequible por su velocidad, y para el resto, la etapa. Mosquera atacó dos veces y Tiralongo también probó suerte. Dani Moreno, el madrileño del Caisse d'Epargne, le hizo un gran trabajo a su jefe y salió a todos los intentos. Ya le costó más responder al de Cobo, que pasó bajo la pancarta de los dos últimos kilómetros con cuatro segunditos que le fueron suficientes para levantar los brazos. Valverde y Evans, segundo y tercero en la etapa, también cazaron bonificación: doce y ocho segundos.

Y lo cierto es que, con el murciano bien acomodado al frente del jersey oro, la crono de este sábado en Toledo queda como una jornada para luchar por un podio que ahora completan Samuel Sánchez e Ivan Basso. Evans y Mosquera tienen opciones. Los cuatro se encuentran en un abanico de 40 segundos. Pero es complicado que den para tanto 27,8 kilómetros.

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