Javier Guillén, director de la organización de la Vuelta a España, se había marcado el objetivo de ofrecer sólo metas en montaña inéditas para festejar el 80 aniversario del nacimiento de la ronda española (aunque se han disputado 70 ediciones, un desfase de diez años por culpa de motivos diversos, inclusive bélicos). En el camino está.

Si en las últimas semanas se habían confirmado las llegadas a Andorra o a la cántabra Fuente del Chivo (inédita a medias, ya que la carrera sí alcanzó la estación invernal de Alto Campoo), este jueves trascendió en la prensa regional (con La Nueva España al frente) la identidad de los dos finales en Asturias.

Dos finales en alto que llegarán a continuación de la etapa de Fuente del Chivo y que alimentarán el segundo bloque montañoso de la carrera. El domingo 6 de septiembre, en el marco de una 15.ª etapa que podría partir desde Comillas, el pelotón deberá afrontar la ascensión a Sotres, una subida larga (14,5 km) en el concejo de Cabrales que, si se exprime en su totalidad (en el llamado Jitu d'Escarandi, en el Collado de La Caballar) ofrece rampas de hasta el 20% en sus últimos cinco kilómetros.

Para la jornada siguiente, en una 16.ª etapa que está previsto que parta de Luarca, la carrera descubrirá la Ermita del Alba, a unos 1.200 metros de altitud en la otra vertiente de la Sierra del Aramo donde se encuentra el Angliru. Se prevé que esta jornada sea una de las dos "reinas" de la Vuelta 2015 por la ubicación de esta subida en la montaña central asturiana, por el paso previo por La Cobertoria y por sus números: casi 7 kilómetros a una media del 11,2 %.

Después del periplo asturiano la caravana de la Vuelta partirá hacia Castilla y León, donde Burgos acogerá la segunda jornada de descanso y la gran contrarreloj individual de la prueba.