El primer partido clasificatorio de España para la Euro 2021 se ha disputado en un estadio de primer nivel, como es Riazor. El encuentro ante Azerbaiyán, sin embargo, estuvo marcado por un exceso de celo y seguridad por parte del equipo visitante.

El régimen azerí cuenta con muchos detractores, lo que ha derivado en protestas de todo tipo. El fútbol suele usarse para este tipo de reivindicaciones, como ya se vio en la Europa League entre el Dudelange y el Qarabag, cuando un dron hizo que se detuviese el partido. Es por ello que a los responsables de UEFA y de la RFEF se les solicitó un mayor cuidado en el nivel de seguridad.

Pese a ser un partido de fútbol femenino, donde no suele haber grandes problemas de este tipo, numerosos miembros de seguridad llevados por Azerbaiyán estuvieron presentes desde horas antes de la disputa del encuentro tanto en los aledaños como en el propio interior del estadio coruñés.

Todo para evitar que no se produjeran protestas contra la presidencia de Ilham Aliyev, que es jefe de Estado y de Gobierno en una suerte de democracia orgánica con muchas sospechas de la comunidad internacional.