El Gran Canaria 2014 resucitó en la ACB tras vencer al hasta ahora líder, el Regal Barcelona, que terminó sucumbiendo ante el empuje y el acierto de los insulares tras un interminable choque con dos prórrogas incluidas (93-90).

De nada sirvieron los 21 puntos de Navarro -cuatro de ellos balsámicos para forzar sendos tiempos extras- ante el espectacular acierto de tres (52%) y la superioridad en el rebote (38 rechaces) exhibida por los canarios.

En un primer cuarto efervescente y cargado de alternativas, el conjunto azulgrana sufrió de lo lindo para contener el empuje de los locales. La derrama siguió aumentando en el segundo cuarto con el acierto de Nelson y Haynes (30-19 a 6:38 para el descanso), conjugado con el inesperado estado de neurosis en la que entró el Barcelona -la tres personales casi consecutivas de Rabaseda fueron un fiel reflejo de la situación-. Un espectacular mate de Rey sobre Mickeal, secundado por otro de Nelson sobre la pintura catalana dejó las diferencias en 12 puntos (36-24).

En la reanudación, Huertas y Navarro volvieron a asumir los galones en la vanguardia visitante (48-45), pero un nuevo triple de Bellas y otro tiro exterior de Bramos permitieron a los amarillos oxigenar nuevamente las diferencias (56-45). Ya en el último periodo, se multiplicaron los intercambios de golpes, lo que llevó al plantel barcelonés a arañar las distancias con las canastas de Ingles (68-64).

A partir de ahí, el encuentro entró en un fase netamente defensiva, dejando además una sequía de casi tres minutos sin que se viera canasta alguna en ambos aros. Un lanzamiento desde la línea de 6,75 de Navarro dejó las espadas en todo alto (68-67) a 2:30 para la conclusión. Luego Rey y Bramos otorgaron al Gran Canaria un extra de oxígeno antes de que Navarro nuevamente rescatara al Barcelona desde los tiros libres y forzara la primera prórroga (74-74).

La polivalencia de Lorbek (que acabó con 20 puntos) permitió al conjunto azulgrana dar la vuelta al marcador (76-81), pero un efervescente arreón de Bellas y Haynes volvió a poner al Gran Canaria con ventaja a solo 58 segundos para la conclusión (84-81).

Todo quedó en un espejismo, ya que una nueva penetración de Navarro forzó la segunda prórroga en el CID (84-84). Sin embargo, en el asalto final, Palacios y Rey sacaron fuerzas de flaqueza en la pintura, desactivando así el enésimo tiro final de Navarro a 6 segundos para el desenlace.

El Valencia desdibuja al Real Madrid

En el enfrentamiento de dos modelos contrapuestos, el equipo valenciano impuso la excelente defensa en la que ha basado su recuperación en las últimas jornadas ante el que es el mejor ataque de la Liga ACB, pero que en la Fonteta fue incapaz de encontrar el camino al aro.

Como había hecho en sus cuatro anteriores choques, el Valencia no dejó que su rival superara la barrera de los 71 puntos y, apoyado en ese pilar, hoy dio un paso adelante en ataque donde un excelente Serihy Lishchuk rubricó con un notable trabajo de equipo.

El Valencia saltó a la pista intenso y concentrado. Con un Víctor Claver muy activo en ambas tareas, el equipo local contuvo el notable empuje físico del Real Madrid y con su movilidad ofensiva agujereó desde posiciones exteriores la defensa visitante con un buen acierto de Caner-Medley (19-10, m.6).

Momentáneamente el choque se igualó. La marcha al banquillo de Claver con su segunda falta debilitó a los locales, y la salida a la pista de Jayce Carroll dio a los visitantes una referencia ofensiva. Pero el Valencia, agitado por Nando de Colo, no se desmoronó y encontró en la fuerza de Vitor Faverani un asidero al que agarrarse en ambas canastas.

Al Real Madrid le costó ir a remolque. Sin claridad en ataque, no pudo superar la agresiva defensa de un Valencia que cuando volvió a juntar el físico de Lishchuk y el de Claver puso en evidencia a la defensa de los de Pablo Laso y se fue al descanso con una cómoda renta (49-36, m.20).

El conjunto madrileño regresó a la pista con una mentalidad defensiva mucho más activa y frenó en seco el ataque valenciano. Con Llull marcando el nivel, sólo permitieron que los de Velimir Perasovic anotaran dos puntos en los primeros seis minutos pero el Valencia se refugió también en el trabajo en su canasta y, tirando mano del talento de De Colo, pasó el trago (64-54, 30).

Incapaz de imponer su estilo e incómodo en uno que no era el suyo, la defensa del Real Madrid perdió la fe y la fuerza y empezó a flaquear. Fue entonces el momento de Lishchuk que se hizo dueño por completo de ambas canastas y que con sus mates agrandó la brecha hasta que esta rozó los 20 puntos.