La victoria más inesperada de Hamilton: así se fraguó

Lewis Hamilton, tras su victoria en el GP de Alemania.
Lewis Hamilton, tras su victoria en el GP de Alemania.
Mercedes AMG F1
Lewis Hamilton, tras su victoria en el GP de Alemania.

Cuando Sebastian Vettel se estrelló en la recta final del GP de Alemania, se vivió uno de esos momentos que pueden definir toda una temporada. Muy pocos podrían prever que el alemán, hasta ahora uno de los más fuertes del año, iba a fallar de manera tan clamorosa, dejando a Lewis Hamilton al frente no sólo de la carrera, sino de la clasificación general.

Sin embargo, no fue sólo por el accidente por lo que ganó el recién renovado por Mercedes.

Un coche superior

Es una obviedad, pero no por ello no deja de ser reseñable: el Mercedes W09 es superior al resto de monoplazas. Sólo el Ferrari SF71H le puede tutear, incluso superar en rendimiento puro (o eso dicen desde el equipo alemán), con lo que remontar desde el 14º hasta el podio en un circuito ancho como el de Hockenheim no era ni mucho menos una quimera.

Órdenes de equipo

No sin cierto caos, Mercedes tuvo claro desde el principio que si podían darle preferencia a Hamilton sobre Bottas, se la darían. Es el líder del equipo, y las órdenes a su favor se dan por supuestas, algo aceptado de manera tácita por parte del finlandés. Eso no significa que lo lleve bien, como demostró con su crítica pelea después del coche de seguridad: ahí es cuando entró en juego el jefe del equipo, Toto Wolff, que como explicó después simplemente quería "que se mantuviera la calma".

Una fe inquebrantable

Una de las grandes virtudes de Lewis Hamilton es la confianza en sí mismo que atesora. Quienes han compartido box con él tienen claro que es uno de los pilotos más fuertes mentalmente, siempre que tenga opciones de ganar. Por eso, pese a salir 14º, nunca dejó de creer que era posible aprovechar las condiciones externas para ganar. Además, mantuvo la calma incluso por encima de sus propios técnicos, que se pusieron nerviosos cuando empezó a llover.

La suerte

Obviar el factor suerte en esta carrera sería absurdo. A Lewis Hamilton le salió a la perfección el plan gracias a que la lluvia cayó en el momento debido y, por supuesto, a que Vettel cometió un error cuyas consecuencias aún no se pueden prever. No obstante, la suerte también hay que buscarla: de no estar en una posición de superioridad, no habría aprovechado las circunstancias favorables.

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