Lewis Hamilton no necesita más que acabar como va a empezar el GP de Estados Unidos para proclamarse pentacampeón del mundo. El británico sumó una nueva pole, y van 81 en su carrera deportiva, para no tener que echar mano de la calculadora para conseguir el título.

El británico superó con solvencia, y tal como estaba previsto, a sus rivales, para conseguir salir por tercer año consecutivo desde el primer puesto. El sancionado Sebastian Vettel no cumplió con su objetivo de conseguir el mejor tiempo, lo que era un objetivo muy complicado en uno de los circuitos predilectos de su rival Hamilton, que ha sumado tres poles consecutivas en Austin.

Vettel se quedó muy cerca, con un segundo crono que, con el castigo del viernes, le manda a la quinta plaza. Sólo 6 centésimas entre su tiempo y el de Hamilton le impidieron mejorar el puesto de salida, mientras que en el caso Räikkönen fueron sólo 7 centésimas. El finlandés saldrá en segunda posición, y con neumáticos ultrablandos frente a los superblandos de Hamilton, lo que dará una cierta variable estratégica en la primera parte de la carrera de este domingo.

Fernando Alonso no pasó de la Q1, de nuevo. El asturiano fue uno de los eliminados en el primer corte, y como suele ser habitual en las últimas carreras, estuvo acompañado por los hombres de Williams y por su compañero Stoffel Vandoorne, que cerró la tabla de tiempos. No obstante, ambos saldrán dos posiciones por delante gracias a que tanto Pierre Gasly como Brendon Hartley serán los últimos de la parrilla de este domingo por las penalizaciones que arrastran los Toro Rosso.

La clasificación de Carlos Sainz fue algo más cruel: se quedó a sólo dos milésimas de meterse en Q3, por un mínimo sobreviraje en la última curva del último intento de la Q2. Desde la 11ª posición luchará por entrar entre los puntos.