Fernando Alonso ha disputado dos carreras en este 2019 y se ha llevado dos victorias. La primera, las 24 horas de Daytona, le permitió arrancar el año con muy buen sabor de boca, aunque no era más que una incursión puntual en el mundo de la resistencia norteamericana, pero la segunda sí que tiene más importancia en lo deportivo para sus intereses.

Ganar las 1.000 millas de Sebring le permite liderar el Mundial junto a Sebastien Buemi y Kazuki Nakajima con 135 puntos, 15 más de los que tienen sus compañeros del Toyota 7. A falta de dos carreras, las 6 horas de Spa y las 24 horas de Le Mans, no es un colchón ni mucho menos definitivo, pero sí es óptimo para proclamarse campeón del mundo de resistencia.

Sin embargo, para Alonso ese no es su principal objetivo. Ni mucho menos. La fecha que tiene marcado a fuego es el 26 de mayo, aunque nada tiene que ver con el domingo electoral. Ese día estará disputando las 500 millas de Indianápolis por segunda vez, donde tratará de lograr una victoria que le granjee automáticamente la Triple Corona.

Tras ganar en Daytona y Sebring, dos de los trazados míticos del automovilismo estadounidense, Alonso quiere que la suerte le siga acompañando para Indy. "Ojalá siga la racha. Antes tenemos que correr en Spa, pero intentaremos hacer los test de IndyCar, primero en Texas y luego en Indianápolis, correremos en Spa y después ya nos centraremos a tope en Indy. Ahora quiero disfrutar esta victoria, llevar el trofeo a casa y disfrutar de otras semanas dulces", dijo ante los medios de comunicación.

Alonso viajará al Texas Motorsport Speedway a principios de abril para participar en unos primeros test con el McLaren-Carlin que va a pilotar en Indianápolis, donde podrá medir hasta qué punto está satisfecho de cara a la cita de mayo.