Valverde, el eterno infravalorado que no enamora al Camp Nou pese a sus títulos

  • El técnico extremeño ha ganado las dos Ligas en las que ha entrenado al FC Barcelona.
  • Los dos desastres en la Champions le han dejado muy tocado y la derrota copera casi hundido.
El entrenador del FC Barcelona, Ernesto Valverde.
El entrenador del FC Barcelona, Ernesto Valverde.
EFE
El entrenador del FC Barcelona, Ernesto Valverde.

Si un entrenador se ajusta a la definición de 'perfil bajo', ese es Ernesto Valverde. Nunca dice una palabra más alta que la otra, evita los charcos a toda costa, huye de las polémicas gratuitas y se centra en su trabajo, que no es otro que el de hacer al Barça campeón. Y pese a hacerlo, dos de dos en la Liga, no ha sido suficiente. La exigencia es enorme en el Camp Nou, y los desastres en la Champions han dejado en la cuerda floja al técnico extremeño.

La sombra de Guardiola es muy alargada en Can Barça. Su paso por el banquillo culé trajo lo nunca visto —un sextete— y fue aderezado con un sinfín de títulos que conviertieron a su equipo en un modelo a seguir. Pep no solo dejó éxitos deportivos, también un estilo y un fútbol brillante basado en la idea de la posesión y el fútbol ofensivo por encima de todas las cosas.

Es por ello que, desde la marcha del de Santpedor, ningún entrenador ha acabado por convencer al aficionado azulgrana como sí lo hizo, de modo incondicional, Guardiola. Tras la desgracia personal por salud de Tito Vilanova y el fracaso del Tata Martino, Luis Enrique cosechó grandes éxitos, pero muchos le acusaron de renunciar al estilo.

La llegada de Valverde se produjo tras un año con solo una Copa del Rey conquistada y tras una Liga y una Champions del Real Madrid, nada menos. Pese a su buena labor en el Athletic, no presentaba un currículum demasiado brillante y se le recibió con cierto escepticismo que se acrecentó tras ser aplastado por el Real Madrid en su primera prueba de fuego, la Supercopa de España.

Pero la cosa se fue enderezando. La desastrosa temporada liguera de los blancos, unido a los buenos resultados del Barça empezaron a dar crédito a Valverde, que cogió además a un equipo que había perdido a una pieza clave, Neymar.

Los azulgrana cogieron velocidad de crucero y con unos grandísimos Messi y Suárez dejaron la Liga casi sentenciada a falta de muchísimas jornadas, además del billete para la final copera en el bolsillo. Y fue entonces cuando llegó el gran varapalo, la sorprendente eliminación de la Champions tras la debacle de Roma. El 3-0 en el Olímpico dejó fuera a los culés del gran objetivo y los rumores sobre un posible cese de Valverde arreciaron.

La temporada acabó con sabor agridulce. Liga y Copa en el bolsillo, pero viendo como el eterno rival levantaba de nuevo la Copa de Europa, tercera seguida. Es decir, una grandísima temporada empañada por el fracaso europeo y el éxito del eterno rival.

El Txingurri continuó un año más, y la historia se ha repetido... pero con un final aún más amargo. Pese a las dudas en el mes de noviembre, con algún resultado adverso, el Barça ha mostrado una gran solvencia tanto en la Liga, que lleva medio sentenciada muchas jornadas, como en la Champions, esta vez sin sustos ante equipos a priori inferiores. El billete para la final de la Copa también estaba en el bolsillo, además.

Sin embargo, el desastre de Anfield lo cambió todo. Con todo el barcelonismo soñando con el triplete, la remontada del Liverpool destapó todas las carencias del Barça y dejó señalado a Valverde y hundido anímicamente al equipo. El Barça no fue capaz de levantar cabeza, y la derrota en la Copa ante el Valencia ha sido la puntilla para el entrenador extremeño, tocado y al borde del despido.

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