El Barça se derrumbó contra todo pronóstico en el Olímpico de Roma y quedó eliminado en los cuartos de final de la Champions por tercera temporada consecutiva a pesar de la holgada ventaja de 4-1 con la que llegó a la ciudad eterna. Ni el aficionado culé más pesimista se habría imaginado un descalabro similar, pero el Barça fue una caricatura de equipo, endeble en defensa y desaparecido en ataque, y terminó goleado por la Roma.

Ernesto Valverde apostó por el mismo once que triunfó en el partido de ida en el Camp Nou, con Busquets de inicio a pesar de que no estaba al máximo de forma tras la fractura sufrida en un dedo del pie derecho.

La Roma salió con un 3-5-2 que le dio grandes dividendos, ya que la superioridad numérica en el centro del campo dificultó notablemente la circulación de balón de un Barça que no pudo salir con muchos toques desde la defensa y que se vio obligado a jugar con pases largos.

La debacle azulgrana se empezó a fraguar muy pronto con el 1-0 de Dzeko, que desató la euforia de los 56.500 aficionados del Olímpico a los seis minutos de juego. De Rossi sirvió a Dzeko con un gran pase vertical y el bosnio aguantó la presión de Jordi Alba para empujar el balón entre las mallas con la zurda.

La sexta diana de Dzeko en esta Liga de Campeones calentó aún más al ambiente y la Roma fue el dueño absoluto de la primera mitad, en la que presionó con gran orden y creó mucho peligro, sobre todo en el juego aéreo. Florenzi en el carril derecho y Kolarov en el izquierdo lograron lanzar muchos centros peligrosos y a los romanos les faltaron pocos centímetros para ampliar distancias antes del descanso.

Fue una Roma valiente que anuló completamente a Messi en los primeros 45 minutos y que mandó al Barça a los vestuarios con la urgencia de cambiar de actitud.

Sin embargo, la segunda mitad empezó con el mismo guion, con un equipo local muy agresivo que apretaba con todo en busca del gol que reabriera la eliminatoria.

Ante un Barça todavía muy pasivo, Dzeko recibió un pase al hueco, defendió el balón y esperó a que Piqué le tocara para forzar un penalti. Se encargó de la transformación el capitán De Rossi, que superó a Ter Stegen con un derechazo para poner el 2-0 al marcador (min 63) de un Olímpico que iba creyendo cada vez más en las opciones de vivir una noche histórica.

Se jugaba en un estadio atronador y la Roma siguió apretando con todo en busca del tercer tanto; lo tuvo en el 68 con un disparo del belga Nainggolan y con un testarazo de De Rossi que se marchó fuera por los pelos.

El Shaarawy también lo acarició en el 79 al rematar un gran centro de Florenzi a bocajarro; pero allí apareció Ter Stegen salvador. El gol italiano se veía venir y llegó en el 82 cuando Manolas se anticipó a todos en el primer poste y cabeceó un centro de Under.

Solo entonces, ya virtualmente eliminado, reaccionó el Barça, que se lanzó al ataque a la desesperada, con Piqué de delantero, pero fue insuficiente para reparar el desastre.