Garbiñe Muguruza, una figura emblemática del tenis femenino, ha anunciado su retirada del deporte que la vio alcanzar la cima como número 1 del Ranking WTA y ganadora de dos Grand Slams. Su decisión llega en un momento significativo, cuando faltan menos de 100 días para los Juegos de Paris 2024.
Recuerdo sus palabras cuando el año pasado recibía la medalla de oro de la Real Orden del Mérito Deportivo . "Y hoy quiero darme las gracias a mí por mi esfuerzo y por realmente haberme dedicado al máximo, y no quiero quedar mal, pero es importante también reconocerse a uno mismo"
Palabras con mucha fuerza, necesarias y muy poco habituales. Totalmente alineadas con el cambio de actitud de las deportistas de todo el mundo, en una década en la que han impuesto una nueva forma de liderazgo.
El tenis femenino siempre ha tenido figuras icónicas que han trascendido de lo deportivo, desde Billie Jean King hasta Serena Williams. Serena ha sido una de las mejores jugadoras de la historia que además de un palmarés inigualable aglutinó una fortuna estimada en más de 225 millones de dólares. Consiguió importantes patrocinios que la respaldaron durante su carrera, siendo la imagen de grandes marcas de moda y lujo como Stuart Weitzman o Balenciaga entre otras.
Durante los últimos años se ha profundizado en la conexión entre el deporte y la moda en el deporte femenino, lo que subraya la importancia de la representación femenina en todas las esferas de influencia. Distintas estadísticas indican que las mujeres son responsables o influyen en el 80% de las compras y las deportistas ofrecen una plataforma única para que las marcas amplíen su alcance.
Las deportistas pisan cada vez más seguras en las alfombras rojas, donde empiezan a ser más habituales en eventos de todo tipo, no solo por sus éxitos, también por su poderosa influencia y capacidad de atracción. Estos momentos permiten a las deportistas mostrar su estilo y su personalidad fuera de las pistas o del campo de juego y conectar con otras industrias.
La futbolista Aitana Bonmatí, reciente ganadora del prestigioso Premio Laureus en categoría femenina, lucia de nuevo espectacular en la Gala recientemente celebrada en Madrid, brillando con un conjunto de diamantes de la joyería Rabat. Otro gran ejemplo es la atleta Ana Peleteiro, que une moda y deporte como ninguna otra. No es anecdótico verla en portadas de periódicos deportivos y también en revistas de moda junto a marcas como Tag Heuer o Yves Saint Laurent. Las actividades no deportivas le reportan más ingresos que el propio deporte.
La tendencia es mundial. El draft de la WNBA de 2024, la liga de baloncesto más profesionalizada del mundo, ha destacado en su última edición por la puesta en escena del talento emergente en el baloncesto femenino. Su 'alfombra naranja' se convirtió en un escaparate de moda y estilo personal. La imagen de la nueva estrella Caitlin Clark elegida número uno del draft y vestida de Prada daba la vuelta al mundo. El talento y la imagen convergen en una poderosa combinación.
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