UFC Vegas 86 nos dejó una interesantísima pelea entre el sueco Jack Hermansson y el estadounidense Joe Pyfer. Se trató de un combate en el que, a juzgar por el primer asalto, parecía que Pyfer iba a darse un paseo frente a su rival, pero en el que, finalmente, Hermansson supo resistir e imponer su veteranía. A sus 35 años el sueco tiene muchos kilómetros a sus espaldas y sabe que importa más cómo se termina que cómo se empieza.

En el primer asalto Pyfer fue netamente superior a Hermansson. Fue más rápido, más fuerte y más preciso, hasta el punto de que, como decimos, parecía que Hermansson no llegaría muy lejos. El estadounidense, de hecho, estuvo muy cerca de noquear a su oponente con su croché adelantado y su recto de derechas, pero Hermansson pudo capear el temporal retrocediendo contra la reja.

En el segundo asalto Pyfer volvió a ser mejor, pero no tanto. Hermansson se había aprendido la combinación del estadounidense (croché de izquierda más recto) y rehizo su guardia. De este modo, cerró espacio con el hombro y el brazo para que no entrara el croché y usó su cintura para salir del recto. Y, por otro lado, empezó a presionar a su rival, obligándole muchas veces a boxear hacia atrás. Como resultado, Pyfer dejó de ser efectivo y su trabajo solo le reportaba cansancio. Perro viejo Hermansson.

Un épico tres contra uno, un espeluznante K.O., una voltereta mortal y mucha sangre: así fue la salvaje velada de lucha de Jordi Wild

En el tercer asalto Hermansson siguió achuchando a Pyfer contra la reja, consciente de las dificultades del estadounidense para hacer daño hacia atrás pero es que, además, a mitad de asalto conectó un jab de encuentro justo al ojo de su oponente. El golpe le hizo tanto daño a Pyfer que se desconcentró y empezó a desmoronarse. Al final del asalto Pyfer intentó un arreón pero Hermansson supo controlar de nuevo a su rival. Asalto para Hermansson.

En el cuarto asalto Pyfer era consciente de la dinámica del combate. Intentó presionar más pero las fuerzas le flaqueaban. Hermansson, por el contrario, tenía el ritmo de crucero puesto y, poco a poco, fue imponiendo su boxeo, sobre todo sus golpes rectos. Nuevo asalto para el sueco.

Con la pelea empatada, ambos salieron a intercambiar pero, de nuevo, Hermansson impuso su ritmo a un rival cansado. Para el sueco, ya solo quedaba manejar con criterio la pelea hasta el final y lo hizo de la mejor manera posible. Con un derribo a falta de tres minutos y con control en el suelo. Lo dicho, no importa cómo se empieza sino cómo se acaba.