Hugo Mallo, a juicio acusado de abuso sexual antes de un Espanyol - Celta de Liga en 2019

Hugo Mallo, en el momento del saludo a la mascota del Espanyol.
Hugo Mallo, en el momento del saludo a la mascota del Espanyol.
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Hugo Mallo, en el momento del saludo a la mascota del Espanyol.

El futbolista español Hugo Mallo, canterano y capitán del Celta de Vigo durante muchos años, deberá comparecer como acusado ante el Juzgado de lo Penal número 19 de Barcelona el próximo 11 de julio. Un juicio oral, mediante procedimiento abreviado, que corresponde a la causa en la que se le imputa un presunto delito de abusos sexuales cometido el miércoles 24 de abril de 2019, en el estadio de Cornellà-El Prat, momentos antes de un Espanyol - Celta (Jornada 34, 20.30 horas, Liga 2018/19).

El actual jugador del Internacional de Porto Alegre brasileño, cuya citación inicial fue pospuesta el pasado 25 de mayo durante más de un año, perpetró el abuso -según ha adelantado el diario AS- de forma sibilina y desapercibida. Mallo se encontraba ya sobre el césped y ante el público, en pleno saludo al Espanyol, liderando la fila de hombres del Celta como capitán que iba desfilando para saludar a sus rivales.

En ese momento, al llegar al final a la posición de las mascotas locales (un periquito y una periquita), fue cuando se produjo el abuso, juzgado como tal por la aplicación del Código Penal vigente en el momento de la comisión del delito, y descrito así en la denuncia: "Cuando llegó a la altura de las mascotas, al periquito le dio mano como se hace habitualmente pero cuando llegó a la Sra. Ana, que en ese momento estaba haciendo el papel de la periquita, éste introdujo las manos bajo el disfraz y le hizo tocamientos en los pechos".

"Según la declarante, le cogió los pechos con las manos y comenzó a hacer movimientos", recoge también la denuncia, presentada por la presunta víctima -que prefiere mantener el anonimato al hablar de su caso para ser referida como Ana, según AS- ante los Mossos d’Esquadra a las 15:23 del día siguiente, 25 de abril de 2019.

En total, tanto la abogada de la presunta víctima como la Fiscalía han coincidido en solicitar como pena para Hugo Mallo 24 meses de multa y una cantidad económica diaria acorde a su patrimonio que irá destinada íntegramente al Estado. Todo ello amparado en el artículo 181.1 del Código Penal, que recoge castigos de entre uno y tres años de prisión o de 18 a 24 meses de sanción económica a quien "sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona".

Con la denuncia admitida a trámite, el caso recaló primero en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Cornellà de Llobregat, localidad donde habrían tenido lugar los hechos. Allí declaró Ana el 27 de junio de 2019, y junto a ella, en calidad de testigo, la persona que trabajaba como periquito, y que asistió al suceso en primera persona. El compañero de Ana describió el estado de nerviosismo de ella posterior a la escena y cómo le confesó lo presuntamente sucedido. 

Del mismo modo, tanto Mediapro como LaLiga aportaron a la defensa todas las imágenes posibles recopiladas durante el presunto abuso. Hugo Mallo aceptó declarar poco después, el 10 de julio de 2019, y defendió su inocencia a capa y espada, negando la comisión de ningún delito. En concreto, en su versión afirmó ante el juez haber saludado con normalidad a las mascotas, desconociendo por completo el género y el sexo de las mismas.

Según Mallo, se encontraba concentrado por completo en el encuentro, ya que el Celta se jugaba el descenso por aquel entonces ante un rival directo, y no reparó en nada más. Ni se fijó en el comportamiento de la periquita, que retrocedió respecto a él en el saludo, ni efectuó ningún movimiento anómalo; simplemente se marchó a realizar ejercicios de calentamiento. Además, para reforzar su relato, aclaró que era plenamente consciente, como es lógico, de que el partido se emitía por televisión con público en directo y ante multitud de cámaras.

Apenas dos meses después, este primer juzgado acordó el sobreseimiento provisional de la causa "por no quedar debidamente justificada la perpetración de delito de abuso sexual que se describía en la denuncia". "De las diligencias de la instrucción practicadas no ha resultado indicio alguno del que se desprenda la comisión de los hechos denunciados, más allá de la declaración de la denunciante”, especificaba.

La defensa de Mallo interpuso entonces un recurso solicitando el sobreseimiento libre para que se archivara y cerrara definitivamente la causa, pero fue desestimado porque no resultaba "debidamente justificada la perpetración del delito denunciado, lo que no comporta el sobreseimiento libre, ya que la denunciante denuncia una situación que podría ser constitutiva de delito”.

En cambio, sí que se estimó el recurso de apelación interpuesto por la defensa de Ana a ese sobreseimiento provisional el 31 de mayo de 2021, pasando el caso a la Sección Novena de la Audiencia Provincial de Barcelona, que revocó íntegramente el auto del 25 de septiembre de 2019 del Juzgado de Cornellà: "Se pone de manifiesto unos hechos que pueden ser constitutivos de delito de abuso sexual, sin que apreciemos en esta fase del procedimiento ningún tipo de ánimo espurio que invalide la versión de los hechos denunciados".

Sobre las grabaciones del saludo, la jueza de la Audiencia Provincial acordó continuar con la instrucción del caso, argumentando que "aunque parece que se produce de forma rápida, dura más que el resto de los saludos efectuados con anterioridad a la mascota, por lo que sí apreciamos que algo ocurre con la mascota y el jugador, ya que la mascota se mueve, le quita la mano al jugador y se coloca tras la mascota masculina; y podemos apreciar por la posición del jugador que ha podido incurrir en dichos tocamientos". 

Dos años después, las partes recibieron una citación para el juicio oral, la que tuvo que ser pospuesta para el 11 de julio próximo. Un proceso complejo en el que estarán pendientes también el Espanyol como empleador de la presunta víctima, que informó en persona sobre lo sucedido a la mañana siguiente y recibió asistencia jurídica del club; y el Celta, que habría recibido un escrito de repulsa de la víctima y habría tratado el tema en privado con su capitán.

Igualmente, la empresa de seguridad que en aquel momento tenía contratada a la víctima (comenzó como mascota perica en 2006 y lo dejó en 2021) para desenvolverse con el disfraz de periquita estará presente en el proceso judicial. Tuvieron constancia de la denuncia el 26 de abril, y rápidamente activaron el protocolo contra el acoso sexual y por razón de sexo, además de contactar con el club vigués y los abogados de Mallo.

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