Borja Iglesias dice adiós al Real Betis. El delantero gallego pondrá fin a su aventura como verdiblanco, en la que ha logrado ganar una Copa del Rey siendo fundamental en el torneo, y ya se encuentra a pocas horas de confirmar su cesión durante lo que resta de temporada al equipo más en forma del panorama futbolístico europeo, entrenado por una leyenda del balompié patrio como Xabi Alonso.
No tiene mal ojo Borja, porque de todos los destinos posibles, haber sido escogido por el Bayer Leverkusen actualmente es todo un privilegio. El conjunto alemán, actual líder de la Bundesliga, no conoce la derrota esta temporada, pero sí conoce la amargura de perder a su ariete titular, Victor Boniface, que estará lesionado hasta abril. Por eso, el atacante español ha sido el elegido para suplirle durante su baja.
Una oportunidad de oro para Borja Iglesias por muchos motivos. Le vendrá bien algo de aire fresco después de una última temporada nefasta, para desconectar y rencontrarse con su versión más letal cara a puerta, y además contará con la posibilidad de seguir jugando la Europa League después de caer con el Betis en fase de grupos.
El 'Panda', además, no sabe lo que es anotar en Liga esta temporada cuando llevamos ya 21 jornadas de campeonato, pero ha seguido siendo indispensable en el esquema de Manuel Pellegrini pese a las protestas de la afición bética y parece gozar de la confianza del equipo alemán y de Alonso como técnico. Por eso sabe que puede volver a recuperar su mejor nivel, sea para el conjunto andaluz, sea para el Bayer.
La cesión, eso sí, tiene truco. El Betis estaba presionando para lograr una opción de compra obligatoria o directamente un traspaso, pero la meticulosa planificación deportiva de los teutones ha derivado en un acuerdo intermedio. Iglesias se unirá al Bayer 04 hasta el 30 de junio, y entonces los alemanes podrán decidir si se quedan con él o no en propiedad, a razón de 8 millones por su ficha si se acaban decidiendo.
Por lo tanto, la historia de amor entre Borja Iglesias y el Real Betis cuenta con muchas papeletas para seguir su curso el año que viene, aunque ahora ambos necesiten darse un espacio y un tiempo alejados. A sus 31 años, de todas formas, el ariete nacido en Santiago de Compostela tiene ante sí su gran oportunidad internacional después de toda una vida en el fútbol español, y si la aprovecha bien podría no volver a nuestra Liga.
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