La Fórmula 1 suele proyectarse hacia sus seguidores y aficionados como un espectáculo rodeado de clase y glamour. Por eso, el 'Gran Circo' no podía dejar pasar la oportunidad de visitar Las Vegas y organizar un Gran Premio en la 'Ciudad del Pecado', máximo exponente de la ostentación y el lujo con su infinidad de casinos, hoteles, atracciones turísticas y luces de neón.

Sin embargo, en una ciudad repleta de leyendas urbanas y de anécdotas históricas, no siempre ha sido oro todo lo que reluce. También tiene Las Vegas su propia historia oscura, una de dolor y sufrimiento de la que jamás podrá olvidarse, que en este caso ha afectado en un pequeño detalle al normal desarrollo del fin de semana de carreras de la F1.

En la jerga automovilística, la palabra 'paddock' define la zona situada en los aledaños del circuito, concretamente detrás de los garajes, al otro lado de boxes, en la que las escuderías aparcan sus camiones y montan sus campamentos base para todo el fin de semana. Es, en definitiva, el hogar de los equipos que conecta sus centros de operaciones con boxes y con la pista, donde pilotos, mecánicos e ingenieros deambulan de un lado para el otro a toda velocidad para atender sus diferentes compromisos.

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Un término sin adaptación oficial al castellano cuyo uso ha sido prohibido en el Gran Premio de Las Vegas por una razón de lo más macabro. En su lugar, la prensa y los aficionados en Las Vegas están empleando el término 'construcción de boxes' para hacer referencia a este sector del circuito, entre otras cosas para evitar herir sensibilidades.

Todo surge a raíz de una terrible coincidencia. Paddock es el primer apellido de Stephen Craig Paddock, un terrorista estadounidense que asesinó al menos a 58 personas y dejó en estado grave a más de 500 al protagonizar como autor único el tiroteo de Las Vegas del 1 de octubre de 2017.

Stephen era un inversionista multimillonario que iba a apostar grandes sumas a los casinos después de retirarse de su empleo a los 34 años, pero con los 64 ya cumplidos y sin motivo aparente, comenzó a disparar una ametralladora ligera alimentada por cinta de munición (según la investigación) desde su habitación en el 32º piso del hotel Mandalay Bay contra una multitud que presenciaba un concierto de Jason Aldean.

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Tras el tiroteo masivo, que aún conmociona a la sociedad estadounidense, Paddock fue encontrado muerto en su habitación, y las fuerzas de seguridad americanas afirmaron que se trataba de un suicidio. Además encontraron numerosas armas de fuego en su vivienda de Mesquite, en el mismo estado de Nevada, que según el comando SWAT formaban un arsenal de veintitrés armas de fuego.

Una historia escalofriante ante la que la comunidad de la F1 ha reaccionado con respeto y empatía, eliminando el término 'paddock' de su vocabulario aunque sea durante una semana. Cualquier cosa por no empañar o estropear ni la memoria de las víctimas ni la experiencia de los aficionados que han acudido a Las Vegas para disfrutar del espectáculo de la Fórmula 1.