El talento de Bellingham le bastó al Real Madrid para llevarse la victoria del campo más difícil dentro de su grupo en la Champions. En un partido de muchas alternativas, el inglés marcó la diferencia con un golazo y una asistencia ante un Nápoles muy combativo que estuvo cerca de sacar algo positivo. El zapatazo de Valverde, en el tramo final, lo evitó (2-3) y deja a los blancos líderes en solitario.

Ancelotti no quiso experimentos: el mismo once que ganó y dio una buena imagen en Girona, excepto Rodrygo –rotó en Montilivi– por Joselu. Camavinga al lateral, le guste o no, y Luka Modric al banquillo, ya habitual.

La cosa funcionaba, con el Real Madrid generando ocasiones. Rodrygo, peleado con el gol, arrancó con potencia pero su disparó fue al muñeco, el portero Meret, Bellingham casi aprovecha un barullo en el área y un poderoso cabezazo de Tchoauméni amenazó con abrir el marcador.

Pero, como ya es casi norma, fue el conjunto blanco el que encajó. Kepa no acertó en su salida tras un saque de esquina y los remates se sucedieron en el área hasta que Ostigard marcó de cabeza a placer.

Tocaba remontar, algo casi convertido en regla, y en ese escenario surgió la figura de Jude Bellingham. Primero robó un balón para después cedérselo a Vinícius, que definió con clase al palo largo. El empate ya estaba en el bolsillo.

Pero fue el segundo gol el que maravilló al estadio en el que brilló Diego Armando Maradona y ahora lleva su nombre. Bellingham avanzó imperial, deshaciéndose de sus rivales con una extraña facilidad para batir, con un sutil toque, la meta napolitana.

Oshimen, insistente todo el partido, tuvo en su cabeza el empate, pero esta vez sí que respondió Kepa con una gran parada al testarazo del delantero nigeriano.

Tras el descanso, el choque se niveló con uno de esos penaltis 'modernos'. El balón dio en la pierna de Nacho, que se había lanzado al suelo, y después en su brazo extendido: el VAR lo vio, llamó al colegiado y penalti que transformó de forma magistral Zielenski.

El golpe dejó tocado al Real Madrid, que vivió sus peores minutos. Un disparo de Kvaratskhelia dio en el lateral de la red y otro de Zielinski se encontró con Kepa. Los de Carlo Ancelotti sufrían y el italiano movió el banquillo: Modric primero y Joselu después.

Mejoró el equipo blanco, que no necesitó demasiado para generar peligro. La tuvieron Vinícius y Bellingham en lo que fue un aviso de lo que iba a llegar: el golazo –con fortuna final– de Valverde. Su violento zapatazo desde la frontal golpeó al larguero y dio en el meta napolitano para acabar entrando en la red. Apretó al final el Nápoles, pero resistió el Madrid para sumar otra victoria más.

Minuto a minuto